Cuando apagues la luz y te quedes solo contigo mismo, abre tu corazón y desnuda la
verdad fría.
Cuando apagues la luz y el descanso quiera anidar en ti, mulle tus sentimientos y
hazles un colchón lleno de recuerdos y alegrías.
Cuando apagues la luz y quieran las lágrimas llegar a tus mejillas, pasa tu mano
sobre el rostro y olvida la dicha. Otros tiempos vendrán que llenarán tus días.
Cuando apagues la luz y te quedes a solas con tus ruidos, reza una oración a ese
dios que se te ha perdido.
Cuando apagues la luz y te asalten las dudas de si es felicidad lo que has decidido,
deja caer mi sonrisa en el fondo de tu
olvido.
Cuando apagues la luz y temas no haber vencido, cierra tus ojos, aprieta tu alma y
haz de nuevo un nido.
Solo
cuando amanezca serás de nuevo el mismo y nada te dará pena, ni angustia, ni
habrá gemidos.
No
temas; serás el mismo de siempre, el que siempre has sido.
Flor
y Nata
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