Revisando algunos papeles encontré este texto. Alude a los tipos y fuentes
de la felicidad. No puedo poner la fuente de dónde lo copié porque no lo tengo
anotado, pero me gustó. Puede servirnos.
Lo comparto.
¡Feliz día!
Podríamos definir varios tipos de
felicidad:
“Una más superficial, que se activa a través de placeres sensoriales, muy
cortitos en el tiempo, como comer algo, ver algo, y tan pronto como terminamos
la actividad la sensación de felicidad también se termina, tampoco podemos
despreciarlos, sino hay que tenerlos en cuenta.
Un segundo tipo de felicidad es la que surge al disfrutar de un arte, de
una vocación, como un músico que se involucra en su música y alcanza un estado
de plenitud, conectado con lo que hace, incluso cierto estado de éxtasis. Sin
embargo en algunas ocasiones al conectar con su realidad cotidiana, quizá las
cosas son diferentes y la felicidad se diluye, convirtiéndose esta felicidad
algunas veces en una forma de huida de la realidad.
Un tercer tipo de felicidad sería la que experimentamos cuando conectamos
con nuestro interior, la que viene de dar sentido a las cosas que hacemos y eso
requiere un trabajo más profundo, entender que la vida la puedes interpretar de
diferentes formas. Reflexionar sobre el sentido que le doy a mi trabajo, a mis
relaciones, a lo que hago, a lo mejor tienes que cambiar ciertas cosas que no
tienen sentido, pero cuando empiezas a trabajar dentro desarrollas el coraje y
la valentía para tomar decisiones y empezar a poner las cosas en orden.
Y cuando empiezas a dar sentido, cualquier pequeña cosa incluso aunque sea
negativa o sea una pérdida, si desarrollas el habito de encontrar el
sentido a cada situación y descubrir el aprendizaje, eso te da satisfacción, no
la circunstancia, pero sí la forma de interpretarla de otra manera.”
Este pasaje me viene muy bien ahora.
Creo que nos será válido a todos porque la vida siempre incluye pérdidas y
despedidas. Hay que aprender a interpretarlas, a aprender de ellas, a conocer
qué mensaje nos traen y a partir la marcha de nuevo siendo más sabios.
“Y finalmente el último tipo sería una felicidad más profunda o espiritual.
Me refiero a cuando tu felicidad incluye la felicidad de los demás. No es suficiente estar feliz contigo mismo,
sino que quieres que los demás también lo sean, y decides compartirla con los
demás, y compartir tu proceso de aprendizaje, y de descubrimientos para que
otros puedan encontrar sentido en sus vidas y ser más felices. Y
precisamente cuando otros son más felices, esa energía de agradecimiento vuelve
a ti y eso te permite hacer que tu felicidad sea más constante.”
Efectivamente, extender nuestra felicidad a los demás la multiplica porque
siempre vuelve a nosotros para generar más de lo mismo.
¡Cuidado!, también sucede con lo
contrario.
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