Mis queridos lectores hoy no he sentido mi corazón literario…hoy quiero sólo recibir. Por eso, sin olvidarme de todos vosotros he mantenido silencio…un silencio pleno de sonidos jubilosos que quiero inventar para empezar de nuevo. De nada valen las palabras que se lanzan al viento y no son recogidas por la persona a la que van dirigidas…de nada gritar al eco para que deje de enviarnos lo mismo, de nada dirigirnos al viento para que no sople sobre el alma dolorida. Por eso, es mejor dejar pasar este instante…así, en el silencio sonoro de las voces calladas, en el recuerdo intenso de lo que duerme quieto, en ese pasar transitando de un lado al otro de la orilla que espera siempre dichosa nuestra llegada…de nuevo.
Así quieta y serena, espero.
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