Ahora
que parece que estamos solos, estamos más cerca que nunca. No hay nada mejor
que una desgracia nos una. Ante ella sacamos nuestro instinto gregario, nuestra
más racial y animal forma de solidarizarnos. Nuestro deseo básico de permanecer
en una cadena invisible de uniones cuyos eslabones, que son más fuertes
cada día, nos lleva a comunicarnos más
de forma real. Queremos escuchar la voz. Oír a la otra persona al otro lado, a
recordar a quién hace mucho que no llamamos, de quien no sabemos si está bien y
nos importa.
A
veces, esta gente pertenece a las mismas familias y eso es lo mejor y lo peor.
La familia suele estar bastante desligada en estos tiempos. Sabemos que estamos
ahí pero pasamos los días en nuestros círculo reducido en el cual hay más
desconocidos y “amigos de calle” que familiares. Casi éstos se convierten, en
circunstancias normales, en guetos en los que se sobreentiende que todo
funciona aún sin comunicación. Pero ahora, nos gusta saber si siguen bien, si
nos recuerdan o si saben los últimos avatares de nuestra vida.
No
estamos sol@s y no lo estamos aunque lo parezca. Hoy, más que nunca, nos
sentimos unidos solamente con vernos por la ventana, de balcón a balcón, yendo
a comprar por la calle, paseando brevemente al perro, sabiendo, en definitiva,
que la vida humana sigue ahí, nos incluye y nos pertenece.
Todo
parece irreal. Es como una película en la que ver a un ser humano se ha
convertido en una inmensa alegría, aunque sea desde la ventana.
A
lo largo de la historia han existido muchas pandemias, muchas pestes, muchos
males que se han llevado montones de vidas en una época que se ha dilatado en
el tiempo por siglos.
Todo
pasa. Aún lo peor. Posiblemente con muchos sacrificios; hasta con la vida, pero
es lo que nos toca vivir con un espíritu de victoria.
La
derrota es para los que no tienen esperanza. Quién tiene fe en que todo sacrificio tiene una vuelta de
recompensa, la vida se hace más fácil. Al menos, eso sirve para seguir un día
más.
Ya
sabes, día a día.
No
hay más.
La derrota es para los que no tienen esperanza. Quién tiene fe en que todo sacrificio tiene una vuelta de recompensa, la vida se hace más fácil. como vibran las emociones al leerte, lees el alma humana,que hermoso que existas! feliz noche!
ResponderEliminarGracias Simón por la esperanza de tus palabras y la fe que te es propia. Personas así son las que llevan a delante al mundo!
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