Lo
que nadie sabe de cada uno de nosotros es lo que más pesa. A veces hay cosas
incontables por lo bellas y excelentes que son; otras por lo terribles que nos
hacen sentir.
De
cualquier forma todos tenemos un lado más gris; secretos que antes se depositaban
en los confesionarios o en lo profundo del cofre de nuestra alma para
silenciarlo por siempre.
Hay
muchas cosas que no sabemos de los demás. Incluso de los cercanos.
No
sabemos qué sienten cuando sus recuerdos afloran detrás de sus ojos, no sabemos
las ganas de renovar el aire en sus ilusiones, no sabemos lo que odian o lo que
aman. Ni siquiera, a veces, lo sabemos de nosotros mismos.
Lo
que nadie sabe de ti entra en los extremos de la vida; en lo mejor o en lo
peor.
El
mundo acaba y empieza en cada uno y con cada uno. Muchas veces me pregunto por
qué estamos tan seguros de que lo que vemos nosotros lo ven los demás. Por qué estamos
seguros de que cuando advertimos un problema el resto ve los mismos parámetros.
Por qué creemos que si nosotros amamos advertirán ese mismo amor los de nuestro
alrededor.
Nadie
sabe todo de nadie. Somos un microcosmos único en el que nos diluimos y
reinventamos a cada instante, en nuestro propio caldo.
Algunos
toman nuestra sopa, pocos degustan su sabor y apenas nadie averigua la receta.
Lo
que nadie sabe de ti es que eres maravillosamente diferente; un regalo inmenso
en esta magnífica vida por la que pasamos apenas de puntillas.
Me parece genial esta parte de ti que conozco, el aroma que dejas en tus reflexiones. Aroma de confianza, como la calidez de esa sopa..., un abrazo
ResponderEliminarUhmmm gracias Xara...me hace sentir muy cálidamente este comentario.Un beso*
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