Continúo mi periplo por el libre
de Pema Chödrön “comienza dónde estás”. Es muy rico en mensajes; lo leo
despacito, vuelvo para atrás, subrayo, releo y cada vez me doy cuenta de un
aspecto que se me había pasado por alto.
En este caso me ha llamado la
atención lo que nos dice acerca de las personas con las que nos llevamos mal,
aquellas que nos molestan, las que nos irritan solo con la presencia y no
digamos con las palabras.
Hace alusión al agradecimiento. Es
como si en realidad ellas estuviesen activando en nosotros el karma que no hemos
resuelto.
Cómo si estuviésemos notando aspectos que no nos gustan en nosotros
mismos y que los vemos reflejados en ellas.
En este sentido, Pema invita al
agradecimiento. Sin esas personas, sin esas piedras en el camino no podríamos
resolver nuestros puntos débiles, aquellos que ni queremos reconocer y que sólo
salen a la luz cuando alguien los activa.
Agradecer, en definitiva, la
presencia del obstáculo porque nos enseña mucho de nosotros mismos.
En la pág. 87 dice así: …” Si
tuviéramos que poner una palabra a cada una de las personas que nos causan
problemas en nuestra vida, nos encontraríamos con una lista que describiría las
cualidades que rechazamos en nosotros y proyectamos al mundo externo. Las
personas que nos resultan repelentes nos muestran, sin desearlo, los aspectos
inaceptables de nosotros mismos, que de otro modo no podríamos ver.”
Sentirnos agradecidos a todos,
significa que todas las situaciones te enseñan, y menudo, son las más duras las
que enseñan mejor.
Efectivamente, este mensaje le había
oído muchas veces, tal vez no tan bien explicado pero siempre incomprensible
para mí. ¿Cómo voy a ser yo como la persona que rechazo, que me indigna, que me
irrita?.
Anoche lo pensé de nuevo. Hice la
lista de palabras que pondría a cada una de ellas y efectivamente me sorprendí.
Algo que no quería ver, había en
ellas de mí.
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