Siempre me ha parecido una incongruencia esta dicotomía de contrarios que se unen. Mentiras_piadosas/ guerra_santa/ amor_odio/…contrasentidos que carecen de consistencia y que en ningún caso se justifican por nombrarles juntos.
La mentira nunca puede aceptarse en base a la piedad. La mentira siempre es mentira. Lo que sucede que nos permitimos dulcificar la realidad para nuestra conveniencia, ajustando y modelando lo que no queremos dar a conocer, o en ocasiones, para lo que creemos el bien del que lo recibe o para defendernos de sus consecuencias.
Cuando mentimos, algo no funciona. Lo hacemos por muchas razones: miedo a las consecuencias, cansancio, hastío del otro, temor a que sufra, o simple defensa propia. Pero tiene un precio, como todo lo que hacemos en la vida. La ley de la acción reacción se cumple inexorablemente. Aún cuando creemos que mentir protege a quien es engañado.
¿Podemos diferenciar clases de mentiras?¿En algún caso pueden justificarse?¿Nos sitúan en el lugar de quien juega con ventaja por dominar una información de la que el otro carece?. Sería excelente poder contar con vuestras opiniones.
Mentimos y aceptamos las mentiras de los demás, para poder seguir mintiéndonos a nosotros mismos. En realidad pienso que es un proceso del recorrido que todos hemos de hacer, una etapa.
ResponderEliminarUn montón de gracias por tus textos, que siempre hacen reflexionar.
Abrazos.
la mentira es sucia y baja para cualquier ser humano
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