La
Navidad es un tiempo diferente. Y lo es porque consideremos sus bondades o sus
suplicios, de alguna forma nos acercan a la niñez, a su calidez o a sus vacíos.
Creo
que por debajo de las luces y los brillos, de los deseos puntuales de bienestar
y felicidad que se repiten automáticamente como una obligada veneración en
estos días, están los deseos que, como regalo, cada uno pedimos para sí mismo.
Hay
una especie de fantasía muda que planea sobre nosotros. ¿Vendrá un año
realmente mejor que el que he pasado?¿Qué sucederá a lo largo de estos nuevos
365 días que de alguna forma cambie mi
vida?¿Podré con esas metas que pospongo y que siempre van conmigo?...
Sin
embargo, a pesar de que esta Noche Buena hemos acercado tradiciones extranjeras
con las que recibimos regalos, los mejores ya están con nosotros.
Cuando
las situaciones no son buenas, que no lo son para muchísima gente, hemos de
revisar detenidamente el día a día que vivimos y veremos que en él ya está
disponible la lista de regalos que la vida nos hace.
· Tenemos una casa que nos espera con calor y un
frigorífico lleno de comida.
· Tenemos hijos, pareja, padres, amigos que en la
cercanía o en la distancia piensan en nosotros y nos quieren.
· Tenemos sonrisas anónimas que nos saludan por las mañanas, compañeros de trabajo que en su carácter, también están cerca.
· Tenemos nuestro propio cuerpo, con sus debilidades y
sus fortalezas, siempre dispuesto a mejorar ante los cuidados.
· Tenemos la naturaleza bellísima que nos ilumina con
luces y sombras, con hielos y vientos, con estrellas y mareas infinitas.
· Tenemos los sueños congelados en la memoria que, a
veces, cobran vida propia y nos dan la mano para seguir.
· Tenemos un objetivo por cumplir siempre, que es no
perder la esperanza en que algo magnífico nos está esperando porque hemos hecho
méritos para ello; vivir intentando ser felices y no destruyendo la felicidad
de los demás.
· Nos tenemos a nosotros mismos, siempre.
Repasa
tu propia lista, esa que ya tienes y no está bajo el árbol de navidad. Seguro
que estarás satisfecho de todo lo que posees y no está envuelto en papel ni
tiene un lazo dorado.
No
hace falta.
Ya están con nosotros.
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