No
todo es dicha en navidad, ni día a día en la vida rutinaria.
Hay mucho sufrimiento que los que estamos en
ese estado de normalidad, no advertimos.
Sabemos
que existe, lo oímos en las noticias, lo vemos en la calle pero en todos los
casos, se va haciendo invisible ante nuestros ojos. Es como si no afectase a nuestro
entorno íntimo y por eso no lo consideramos nuestro, cercano, sufrible y
terrible.
La
Navidad es un tiempo de contrastes. Los que gozan con un montón de bienestar y
los que o no tienen que llevarse a la boca o acaban de sufrir una tragedia que
cambiará sus vidas para siempre.
Para
los que sufren y están lejos,
Para
los que acaban de perder a un ser querido,
Para
los que no son amados y están solos,
Para
los que no tienen lo más básico,
Para los que esperan malas noticias,
Para
los que las acaban de escuchar,
Para
quienes se sienten solos en compañía.
Para
los que sienten odio y rencor,
Para
todos y cada uno de lo que cambian
Las
sonrisas por lágrimas…
Para
ellos y para nosotros; por que sepamos
Estar
cerca de los sufrimientos de nuestro alrededor
Y
hagamos algo por ello.
Mirar
no sirve. Hacer ayuda.
Hagamos
“Navidad” con algo más que brindis
Y
destellos.
Construyamos
una estrella solidaria,
donde cada uno ponga su luz.
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