Tu interior sabe lo que quiere
aunque tú no lo sepas. Hay molestias, roces, choques y desentonas que alteran
el natural equilibrio de lo que eres.
Es difícil reconocer que lo que te
gusta en el exterior el interior lo cuestiona. La intuición nos da la pauta
para saber cómo caminar, por dónde hacerlo y de qué modo.
Hay veces que la claridad está en
ti y no en tus actos. Se tienen seguridades que pesan dentro por lo que suponen
fuera. Momentos que nunca se deben dar, límites que no deben pasarse y
realidades que se imponen a pesar de que nos neguemos una y otra vez a ellas.
El corazón reconoce a lo suyo. Hay
personas que sin saber por qué conectan rápidamente con nosotros. Auténtica
sintonía sin previos acomodos. No hay nada que ajustar, nada que recortar, nada
que componer, nada que decidir. Son lo nuestro desde siempre y simplemente
hemos tenido que reconocerlas. Otra cosa es que nos acompañen a lo largo de
todo el camino. Sería lo propio que así fuese, nos servirían de pilar de sujeción
y de trampolín de ascenso.
Si encuentras alguien al que solo
tienes que reconocer debes hacerlo saber. Que pueda decidir si recorrer la
senda contigo o si prefiere estirar los invisibles hilos que os unen y
reconocerte desde lejos. Que sea consciente de que habéis sido partes del mismo
todo y que de algún modo, pueda regalarte la magia de recomponer el puzle que
formáis juntos.
Por otra parte, si no es esa la
vía por la que discurren vuestras vidas, una vez reconocidos ambos,
posiblemente responda al hecho de que tenéis un plan distinto en el que vuestra
evolución será mayor en colaboración con personas radicalmente ajenas.
Cada uno, ayudamos a otros a mejorar. Cada
uno, sacamos de otros a personas distintas. Cada uno, somos proyecto único en
vidas ajenas.
Por eso, nadie sobra y nadie falta
en nuestra vida.
Están los que deben estar y en el
momento justo.
Estoy segura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario