Decimos mucho más con el lenguaje no verbal
que con la palabra. Si algún punto de nuestro cuerpo hemos de destacar es el
rostro.
Es increíble la importancia que tiene la
percepción y decodificación de las emociones del rostro; prácticamente desde el
día que nacemos, un área del cerebro conocida como la circunvolución
fusiforme se “activa” en su tarea de reconocer las caras de quienes
nos rodean. Su protagonismo en la gestión de nuestras interacciones
sociales es crucial, y ni hablar durante el proceso de persuasión.
En tal sentido, disponemos de un “vocabulario”
facial que tiene interpretaciones bien definidas. Así, la próxima
vez que estés intentando persuadir a alguien, ten en cuenta que…
1-
El contacto visual efectivo requiere
equilibrio:
Mirar a los ojos demuestra confianza y
honestidad; le transmites a la persona un genuino interés en lo que está
diciéndote. Simplemente no olvides parpadear (pero no en exceso, lo
que puede hacerte ver inseguro, distraído o incluso deshonesto)
2-Tus
cejas demuestran emoción pero sin exagerar la expresión.
3-Cuida
el ceño fruncido: acercar las cejas y arrugar el área justo
encima de tu nariz no te hará ver más analítico, serio o interesado; te
mostrará abiertamente hostil
4-Sonríe sin exagerar: especialmente delicado
es este punto; en un artículo anterior les comentaba que la mejor sonrisa es la
que se dosifica en pequeños avances, sin exagerarla ni apresurarla. Sonreír
mucho es incluso peor que mantener un rostro neutro… Parecerá que te estás
burlando de la persona, y que no te importa mucho lo que está diciendo.
5-Mantén tus labios
relajados: Al
igual que la frente, tensar o apretar los labios es sinónimo de incomodidad o
desacuerdo con lo que escuchamos o represión de nuestras propias ideas. Nada bueno puede proyectarse con ese gesto.
Acostúmbrate a mantener tu boca relajada y, sobre todas las cosas, evita hacer
medias sonrisas que expresan desprecio por quien tienes enfrente.
Me ha gustado el artículo. No puedo poner la fuente
porque no la encuentro.
¿Qué opináis?
Creo que por más que nos empeñemos en estudiar y copiar el gesto de la calma, la cadencia de un parpadeo sereno, el brillo de una mirada, la magnitud de una sonrisa en paz, nada hay en este mundo más difícil que ocultar al otro lo que nuestro corazón grita. Lo hacen los políticos, las campañas publicitarias, las personas correctas... pero el corazón suele dar señales contradictorias... son las palabras del cuerpo, la química que fluye de nuestros poros. Nada semejante a la calma, a la serenidad, a la paz puede ser imitado pues es un estado de integridad en el que todo nuestro ser ha alcanzado a comprenderse profundmente. Un abrazo
ResponderEliminarXara maravillosamente expresado!.
ResponderEliminarEl corazón no tiene como mejor lenguaje la palabra. La piel, la mirada, la sonrisa...lo que no se dice y se expresa...incluso el silencio es un código para él.
Un abrazo*