…”El sufrimiento es inherente al placer por no poder mantenerse
éste indefinidamente.
La causa de este sufrimiento
son los deseos inmoderados y los apegos a las cosas y las personas, puesto que
todo está sujeto a la impermanencia y a la transformación incesante.
No aceptar esta
verdad inmutable conduce inevitablemente al sufrimiento. Podría ser aplacado e
incluso mitigado a condición de aplacar los deseos inmoderados del ego. Y la
condición es observar con distancia los apegos y dejar de identificarse con
ellos.
La experiencia propia
es la única maestra. Solo quien bebe el agua puede decidir si está fría o
caliente (…). Ninguna persona necesita las explicaciones ni las experiencias de
los demás, más que las suyas propias, para hacer sus elecciones. Pag. 78
(…) “Acuérdate de esto, Tenzin: aun si “pierdes”, nunca pierdes la
lección que toda experiencia lleva adherida. Pag. 76
“El
maestro de las cometas”.- Raimon Samsó.
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Este delicioso
librito nos alerta sobre la necesidad sosegarnos en el placer a causa de su
naturaleza efímera. Todo pasa, todo se transforma y lo único con lo que podemos
saciar la sed es con la sensación propia del agua que bebemos. La experiencia
de los demás no sirve para tomar decisiones. Y aun cuando las tomemos, de
acuerdo a nuestro propio criterio, no debemos temer al fracaso porque de
cualquier forma se aprende. Y la vida nos dice que siempre es más intenso lo
aprendido cuando llega detrás de un sufrimiento.
El placer no enseña. El placer se
goza. El dolor te introduce en el silencio; incluso los gritos no llevan sonido.
Y solamente en ese mutismo se revela la voz interior.
Aceptarlo así es la forma más
rápida de crecer.
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