Hoy
quiero dedicar nuestro comentario diario a esas personas que tienen un ángel
con ellas o que ellas mismas son un ángel.
Es
difícil crecer, es complicado salir de la inocencia de la infancia e ir
abriéndonos camino entre desconfianzas y escudos protectores hechos de lágrimas
y sinsabores para que el resto no te dañe. A unos nos cuesta más que a otros,
sin duda, pero todos terminamos abriendo los ojos a lo que en realidad no nos
gustaría ni siquiera que existiese. Luego, con el tiempo, el camino se invierte
y uno deja de estar ojo avizor para reposarse en la seguridad de ir por delante
de los bandidos y en la certeza de saber responder a sus embestidas. También,
con el paso de los años, vamos matizando, cribando y filtrando cada vez más. No
todo vale, no todo el mundo llega, ni tampoco estamos para cualquiera.
En
este camino, un tanto complicado del crecimiento interior, nos acompañan, por
suerte, personas de esas que tenía que haber tantas. Gente, a veces, anónima y
ajena a nuestro círculo vital. Hombres y mujeres que solamente con regalarte
una sonrisa te hacen la vida fácil por lo bien que te permiten sentirte.
Todos
podríamos pertenecer a este grupo con un poco de entusiasmo. Poniendo pasión en
lo que hacemos, comprometiéndonos con los empeños cotidianos, colaborando con
los demás siendo comprensivos, flexibles y empáticos. Marcando límites y
definiendo espacios pero con la franqueza como bandera, evitando malos
entendidos y, sobre todo, impidiendo que los demás imagen, ideen y fantaseen
con imágenes de nosotros mismos que no queremos venderles.
Las
personas que son amables abren puertas en vez de rendijas y permiten que fluya,
sin obstáculos, una riada de entendimiento cuando se produce la comunicación.
No
estamos, de este modo, a merced de la mezquindad de otros porque para esos, con
la misma cordialidad, podemos pararles en seco.
Que
no nos cuelen los goles no depende de la cara de amargura que pongamos, ni de
los malos modos, ni las formas inadecuadas.
Hoy
apuesto por la actitud de esas personas que da gusto tener al lado y que con su
sola presencia, nos cautivan el alma. Al menos a mi me gustaría estar en ese
grupo.
De
verdad me empeño en ello.
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