Nos
pasamos la vida pasando pruebas. No nos examinamos solamente en el colegio.
Todo lo que hacemos es un reto, para nosotros mismos o para el resto.
Solemos
establecer criterios firmes para determinar la imagen que tenemos de nosotros
mismos. Nos creemos de una forma determinada y estamos seguros de que somos
así.
La
vida pone pruebas continuamente y en ellas nos dan la dimensión de lo frágil
que es la seguridad que creemos tener.
Nada
es seguro, nada. Pero en esa inestabilidad que persiste entre lo que pensamos inamovible
se esconde el secreto del cambio. Solamente podemos optar a él desde la imprevisión,
desde la circunstancia no esperada, desde la incertidumbre espontánea.
Si
todo fuese siempre por el mismo camino no tendría sentido la evolución. Ni los
efectos de lo mejorable, ni los desastres de lo que empeora.
Hay
un delgado hilo entre la seguridad y el caos. Un estrecho filamento que puede
romperse en cualquier momento. Un finísimo contacto entre lo perdurable y lo
finito.
Uno
se enfrenta a la vida cada vez con mayores seguridades, o eso creemos. Sin
embargo, en cualquier momento la vida te descoloca y te exige de inmediato que
respondas al reto para el que tal vez no estás preparado. Y es mejor así porque
entonces te mides contigo mismo, te expones ante ti con actitudes,
pensamientos, ideas y deseos que no conocías. Te inventas y rescatas en cada
respuesta y sobre todo te sorprendes de ti mismo. Una y otra vez, en la edad que sea y el
momento que suceda. No hay tiempo ni espacio definido para la sorpresa, como no
hay seguridad que perdure por siempre a no ser el amor que sentimos por el
origen que nos trajo aquí.
Que
nadie piense que las pruebas han terminado. No acabarán hasta que transitemos
el paso a la otra dimensión. La vida es un ensayo dilatado y continuo, con un
protagonista único que se repite en cada uno de nosotros. Una función por cada
día, un escenario cada vez, un guión para cada ocasión y todo a cargo de un
director muy especial: tú.
Hai prebes tolos díes pa los que falamos otra llingua non castellana. Otra llingua discriminada.
ResponderEliminarXuan, ya quisiera yo poder escribir en tu lengua! Gracias por acompañarnos*
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