El día en el que has
nacido se ha convertido, seguramente, un día especial para mucha gente. Una
fecha en el calendario exclusiva para quien te ama y sin duda, un momento
inolvidable para tu madre.
Has visto la vida a través de ese llanto con el que la
comenzamos y has aprendido muy pronto que llorar significa expresar la rabia o
la tristeza ante un desagrado tras el que, seguro, se aprende a reír.
Se preguntan, cuándo te ven, cómo puedes seguir sonriendo
siempre ante las dificultades y de qué forma logras subir, uno a uno, los
peldaños de la adversidad cuando te toca. Conozco bien tu infancia y las carencias
de ella. Conozco también tu fortaleza de corazón ante los vacíos que entonces
te regalaba la vida pero sobre todo conozco, el tenaz esfuerzo con el que te
empeñaste siempre en sentirte feliz a pesar de las circunstancias que te
rodeasen.
Ese ha
sido tu secreto. Brindar, con la copa de la alegría, por lo bello de la vida
fuese esto una realidad en la tuya o simplemente una esperanza.
Debería haber muchas personas como tú. Sembrando optimismo
por dónde camina. Recolocando los cimientos de las ilusiones a todos los que le
rodean. Regalando sonrisas a los que no creen en ellos mismos y tendiendo la
mano, sin esperar el cambio, a quienes lo necesitan a tu lado.
Hoy es un día especial, sin duda. Para mí que tengo la
suerte de conocerte y que vivo el privilegio de quererte tanto, pero sobre
todo, por ser la depositaria de tu eterna esperanza sin pedir nada a cambio.
Escucha en el silencio, este ¡! Feliz Cumpleaños!! como el
mejor canto a esos cuidados y protección que nos regalas a todos.
Que hoy
sea también, para los tuyos, un ejemplo inolvidable y permanente de cómo debe
vivirse el tiempo que se cumple a favor del compromiso que todos deberíamos
tener con la existencia y que sigas velando mis sueños con el desvelo que
siempre tuviste por verme feliz.
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