Ayer,
en un acto solemne de graduación, alguien dijo que las tres palabras más
importantes en la vida que había que aprender a decir son: Hola_Gracias_Adios.
Ciertamente este pensamiento se quedó
dando vueltas en mí. Son, sin duda, las palabras clave para poder abrazar la
vida en plenitud y a los que lleguen hasta nosotros.
Necesitamos un HOLA. Un saludo abierto
capaz de acoger lo que nos llega. Una bienvenida esperanzada ante todas las
cualidades que vamos a gozar del otro y un abrazo sincero por todo lo bueno que
vayamos a vivir con él.
Un Hola que diga Sí a las situaciones
que debamos enfrentar y que permita huir al miedo para encaramarnos a la confianza.
Un Hola valiente, sincero, entregado y expectante. Un Hola que abra nuestras
puertas de par en par para que suceda lo previsto en nuestra vida. Pero también
ha de ser un Hola capaz de replegarse, de dejar paso, de soltar amarras para la despedida cuando suceda.
Entre el chispazo de la llegada y la nostalgia
de la ida, debemos instalar un GRACIAS inmenso por todo lo que nos llega, por
lo que vivimos cada día, por lo que nos quede por vivir.
Un Gracias sentido desde el corazón,
latiendo con él y palpitando a flor de piel siempre. No hay otra manera de
crecer que agradeciendo, ni tampoco otra forma de hacer las paces con la vida y
con las personas que nos relacionamos en ella. En ese Gracias va incluido un perdón
hacia los demás y para nosotros mismos. Un lo siento desde lo más profundo y un
espero y creo en las bondades de lo que juntos vivamos.
Debemos estar preparados también para
el cambio, para el término, para los finales. Unas veces merecidos, otras,
deseados y muchas temidos. Pero nada permanece inmóvil. Nada igual a sí mismo,
ninguna situación idéntica a otra o ella en otro tiempo. Por eso, es muy
importante saber decir ADIOS. Un Adiós claro y limpio. Un saludo que se hace más
necesario aún que el de llegada. Un dejar ir sin rencores, sin ataduras en el
alma aunque permanezcan los vínculos en el afecto, indelebles.
Hay que aprender a despedirnos sin
pensar que estamos ante un reto definitivo porque aunque fuese la misma muerte
la que nos obliga a ello, nos queda la esperanza de reencontrarnos de alguna
forma.
HOLA_GRACIAS_ADIOS deberían constituir
una asignatura del colegio, un valor para enseñar en el hogar, una oración a la
que recurrir cuando no sabemos actuar.
Me gustaría ser la lección que mejor
tuviese aprendida, la que presidiese mi vida, la que me ayudase a despedir a lo
que se va de mí y a abrazar a lo que llegue.
Me gustaría quedarme un largo rato
colgada del GRACIAS y en él, poder disfrutar de todo lo bueno que me ha dado la
vida y las personas que he tenido el placer de conocer en ella.
Un
Gracias que hoy, más que nunca, os dejo para vosotros con todo mi afecto.
Es curioso Flor...y Nata, también a mí me dicen algo estas tres palabras. Y la reflexión que haces de ellas me lleva a pensar en otras tres, que asocio íntimamente, que dan la mano a su sentido.
ResponderEliminarHOLA-PASADO...como conexión con el reconocimiento de quien llega. Hola! es un modo de decir, te reconozco luego ya nos vimos antes.
GRACIAS-PRESENTE..., como el disfrute de la prensencia del "otro", como la intensidad con que experimentamos su compañía, sus cualidades, dones, caracteríasticas.
ADIÓS-FUTURO..., como ese miedo a perder que nos queda cuando se va, a-diós sin-dios, ese concepto de soledad que nos deja cuando el hola ya no es posible, y al mismo tiempo esa necesidad de encuentro con Él en nosotros que representa la esperanza de eternidad (futuro).
Bueno, es el pensamiento que ha suscitado en mí tu generosidad en esta primera mañana de mayo.
Un beso
Xara me ha encantado tu reflexión tan conexionada con los que fuimos, somos y seremos.
ResponderEliminarGracias por esta claridad mental tuya que tanto nos aporta!!
Un beso de este Mayo recien extrenado!!!***