Hay
un viejo debate en mí misma aún sin resolver. ¿Podemos cambiar?¿Somos capaces
de resolver lo que podemos mejorar a lo largo de la vida?¿Pueden ayudarnos? o en
realidad el auténtico cambio es un imposible que se convierte en una ilusión
para el que lo intenta y en una quimera para quién lo espera?.
Me gustaría poder comprobar que se
puede cambiar. En lo más profundo de mi corazón algo me dice que las
estructuras de comportamiento que se ligan a nuestros hábitos básicos de
supervivencia, en la felicidad, aunque nos dañen, no pueden cambiarse
definitivamente. Porque realmente, hay veces que buscamos la felicidad en lo
que nos hace dañ, pero a pesar de todo seguimos empecinados en caer en ello una
y otra vez.
He llegado a la conclusión, después de
sufrir mucho por la espera de cambios ajenos y propios, que nadie debe cambiar
por ni para otro. Que intentarlo siquiera es vano. En realidad, cuando es otra
persona la que desea nuestro cambio, aunque nos favorezca, nunca se produce del
todo y a lo sumo se queda en meros intentos no desprovistos de sacrificios
inmensos, por parte del afectado, y de dilatadas y dolorosas esperas para quien
desea ver una persona diferente a la que está a su lado.
Pero no solo creo que uno no debe
cambiar por nadie, sino que además dudo que podamos cambiar ni siquiera por
nosotros mismos. Los cambios, solamente pueden sucederse si los tomamos como
adaptaciones de lo que nos constituye a las realidades que se nos van
presentando.
Alguna
vez pensé que se podía mejorar y quiero seguir pensándolo porque de otro modo
se hace muy densa la vida para convivir con los defectos propios y ajenos. Sin
embargo, estoy convencida que la modificación parcial de la conducta solamente
sería posible si naciese de un convencimiento pleno de la persona de la
necesidad de esa modificación y, aún así, posiblemente, ni la voluntad siquiera
tal vez pueda con el peso de la genética o la educación recibida en la
infancia. Y si no, pensemos en personas cercanas que conozcamos profundamente o
incluso, en nosotros mismos.
Analicemos
nuestros cambios, valoremos si realmente solo son acomodaciones a las
situaciones nuevas que se nos presentan y hagamos un acto de reflexión interna serio
para comprobar si en realidad hemos cambiado alguna vez para otro o si
cualquier mínima modificación de la conducta nace exclusivamente de la voluntad
imperiosa de ser y estar mejor.
Los demás poco pueden hacer en nosotros
si no tenemos voluntad de ser diferentes, si es que podemos. A éstos solamente les queda seguir a nuestro lado con los defectos mutuos
de la mano o decir adiós a lo que no pueden aceptar ni variar.
En esta ocasión, mi pensamiento no coincide con el tuyo. Creo que sí somos capaces de cambiar, pero no desde la voluntad imperiosa de der diferentes, sino desde el conocimiento de una misma o de uno mismo, desde la posición de quien se observa, es el único modo, pues nadie nos ve como somos y tampoco nosotros podemos hacerlo sin mirar hacia adentro.
ResponderEliminarCambiar a los demás también es posible, pero solo desde el propio cambio. Cuando hemos sido capaces de vernos a nosotros mismos, entonces podemos reconocer al otro tal como es, y sus defectos o conductas heredadas pasan a formar parte de un segundo o tercer plano que ya no nos afecta. Puedo ver a mi amiga repitiendo conductas nocivas para las dos y a pesar de todo sigo viéndola a ella. Trajes, máscaras, patrones, todos los atuendos con que nos vamos vistiendo según fuimos necesitando un día para sentirnos amad@s.
Un beso
Gracias Xara!!...percibir a la otra persona por debajo de sus defectos, de lo que no nos gusta, de lo que nos daña...es amar de verdad!.
ResponderEliminarMe queda por concluir esa reflexión sobre el cambio porque he constatado muchas veces que lo que realmente parecía un cambio..no lo era...otra cosa es aceptarlo o no.
Besos
Xara...ahora que lo pienso...el final de tu reflexión tal vez justifica todo lo que se hace...la necesidad de sentirnos amados. Uf! un nuevo derrotero para reflexionar.
ResponderEliminarGracias amiga mía!!!
QUERIDAS AMIGAS,ENLAZANDO LO QUE AMBAS DECÍS YO HE ESPERADO EL CAMBIO DE LA PERSONA AMADA,EN EL ANHELO DE QUE HABÍA ENCONTRADO MI MEDIA NARANJA,INCLUSO EN MI AMOR POR ÉL, CAMBIE YO,O MEJOR DICHO ME ADAPTÉ A ÉL, A SUS NECESIDADES, A LO QUE ÉL QUERÍA...A TODO ÉL...Y NO SIRVIÓ DE NADA, PORQUE NUNCA ERA SUFICIENTE,Y SIN EMBARGO SU CAMBIO NUNCA SE PRODUCÍA,ÉL SIEMPRE ERA EL MISMO...
ResponderEliminarASÍ QUE EL SIGUIÓ SU CAMINO Y YO EL MÍO, Y VOLVÍ A SER QUIEN YO ERA,PERO CON TANTAS EXPERIENCIAS Y CON TANTOS NUEVOS CONOCIMIENTOS,QUE DESDE LUEGO YA NO ERA LA MISMA...
BASICAMENTE SEGUIMOS SIENDO LOS MISMOS PERO LAS CIRCUNSTANCIAS QUE NOS RODEAN, LAS GENTES QUE PASAN POR NUESTRA VIDA, TANTAS COSAS QUE NOS SUCEDEN HACEN QUE NOS ADAPTEMOS, QUE LIMEMOS,Y SI YO TAMBIÉN QUIERO PENSAR QUE EL CAMBIO ES PARA MEJOR.
DESDE LUEGO EN MI CASO AUNQUE SEA PECAR DE SOBERBIA, HA SIDO PARA MUCHISISISISISMO MEJOR Y DOY GRACIAS POR ELLO.
Hola! Quiero decir que yo si creo que es posible el cambio, si miramos atrás podremos apreciar que no somos los mismos, ni nuestros pensamientos, ni emociones y sentimientos algunos no son los mismos. ¿Qué hemos hecho? modificar patrones de conducta algunos de ellos enquistados por nuestros hábitos repetitivos. No podemos permanecer estáticos, siempre vamos evolucionando, sino sería involución y como leí en una ocasión "lo único que no cambia es el propio cambio".
ResponderEliminarLo que si os digo es que cada cambio que va ocurriendo en nosotros, no es forzado, ni es por nadie, éste ocurre cuando tomamos plena conciencia de nuestros actos y pasamos de una actitud reactiva a un comportamiento intuitivo y esa intuición es la voz de nuestro Corazón, de nuestro Ser Interior que nos pide paso para poder expresarse a través nuestro. Lo que impide que se exprese son nuestros "Egos" esos personajes, máscaras o caretas que les hemos dado fuerza a lo largo de nuestra vida y poco a poco se han ido adueñando de este bello templo que somos, dejando al dueño o dueña a su servicio.
Es la vida la que nos empuja, la que nos lleva a cambiar y cuando nos resistimos a esos cambios a hacer lo que deberíamos hacer, se va reflejando en nuestro cuerpo, somatizando esa resistencia.
Bueno paro ya porque quizá se podría escribir un libro o varios sobre "El cambio", ¡verdad, Flor y Nata!
Un abrazo a tod@s
Mi querida Merengue de fresa!...nunca podemos tratar de que el otro sea feliz en base a cómo nos adaptamos a él. La felicidad es algo muy simple. Llega y permanece sin esfuerzo. No quiere decir que no tengamos que cuidar el AMOR que sentimos por el otro, no al otro mismo, pero ahí terminó la posibilidad de ser y hacer feliz.
ResponderEliminarEl camino que has iniciado es el único posible. Conocerte a ti misma, amarte y ofrecerte así...sin condiciones y en libertad. El resto es otra cosa y suele ser doloroso.
Un beso
Tony! que alegría verte pasar por aqui y dejar tu rastro!.
ResponderEliminarSiempre nos invitas a reflexionar ampliamente sobre la conducta.
De todo lo que has dicho, me quedo con el valor de la intuición. Es una forma de conocimientos del corazón tan certera que con seguridad podemos seguir sin miedo a equivocarnos.
Me estoy convenciendo, y quiero hacerlo, de que el cambio es posible, siempre que sea por y para nosotros. No creo en juramentos que prometen cambios que no salen del convencimiento propio porque de este modo es imposible que se produzcan.
Cuesta cambiar porque a veces el inconsciente no está a favor de la voluntad.
No nos dejes tanto tiempo. Pasea de vez en cuando por este rincón.
Un abrazo*