Las
personas que llegan a tu vida siempre te enseñan lo que debes aprender en algún
ámbito de ella. Vas comprendiendo mensajes, llegando a conclusiones,
entendiendo razones, asumiendo debilidades, estimando comportamientos…siempre
como un regalo llegado a través de otro, para ti.
En contadas ocasiones asumimos esto de
golpe. Hay que digerirlo. Tenemos que pasar por un tiempo de soledad en el alma
para llegar a necesitar, de verdad, el beneficio del aprendizaje que debemos
integrar para crecer.
No es fácil amar y a la vez es lo más
sencillo. Un contraste detrás de otro, una contradicción frente a un argumento
o un desajuste en contra de lo diferente. Una sensación de plenitud junto a
otra de vacío. Un resplandor, un chispazo, un gozo lleno de sonora luz, frente
a la oscuridad silenciosa que deja telarañas en el corazón. Una batalla donde
siempre gana la necesidad de completarnos con lo que está diseñado sideralmente
para nosotros, cuando lo está. Lo difícil es no equivocarse y reconocerlo.
A lo largo de mi vida afectiva he
entendido que el amor se ajusta perfectamente a la necesidad que en el interior
existe de encontrar la pieza del puzle que nos falta para terminarlo o la
tuerca que encaja en el tornillo para sujetar el alma.
Cuando no existe esa necesidad, cuando
la vida puede pasar de igual modo, cuando la voz no calma la sed de serenidad a
golpe de reloj…uno está perdido; a punto de confundir el amor con otra cosa que
parece vestirse de la misma forma pero que no tiene la misma piel.
Posiblemente, cuando uno encuentra esa
plenitud no lo hace en el otro, sino a través de él porque el AMOR siempre está
dentro, repleto de sí mismo, lleno de ganas de tomar forma y conocer el nombre
y el rostro que fuera, en el exterior, tiene.
Lo mejor de la vida es saber dónde está
esa mirada que define la mejor imagen nuestra sin necesidad de un espejo y si
no se sabe, si no se encuentra, será que nos está aún esperando en algún lugar
que nuestra necesidad llegará a descubrir.
Estoy segura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario