Esta
frase, que popularmente consuela a quienes sufren de algún mal, se convierte en
realidad cuando tenemos que comprobarla en nosotros mismos.
Si el dolor permaneciese intacto para
siempre moriríamos con él. Y no morimos cuando queremos a menos que lo
decidamos desde lo absurdo del desconcierto y la angustia fatal.
El dolor se va acomodando, va tomando
su sitio y despacito, día a día, va dejando de molestar.
Nadie puede borrar lo que ha vivido de
su memoria, pero sí puede ir recordando sin acritud y cuando eso sucede, llega
la calma y la paz de saber que lo que se vivió sirvió también de aprendizaje.
A veces, cuando estamos inmersos en
situaciones dolorosas, que parecen no terminar nunca, tenemos la sensación de
quedar tocados para toda la vida y el tiempo nos niega esa creencia.
Hay que saber recolocar lo que duele. Y
se sabe cuando uno es capaz de mirar por encima y desde lejos. Esa respectiva
solamente te la da el sucederse de los días, la acumulación de otros sucesos,
como si se sedimentasen sobre lo malo que nos ocurre, y esa paz que va llena
nuestra alma al dejar de odiar a quienes nos dañaron.
Después de un tiempo, todo parece
distinto. Se relativizan los motivos, se dulcifican los defectos, se valoran
las virtudes y se añora no haber sido más capaces de entender en el momento lo
que ahora es claro y trasparente a nuestros ojos.
Posiblemente, si pudiésemos dar marcha
atrás, tal vez habríamos hecho lo mismo u otros lo habrían hecho con nosotros,
porque en definitiva la vida es una escuela para aprender y las lecciones
tienen que llegar a través de alguien, pero posiblemente también hubiésemos
tomado una actitud más abierta, más sincera, más valiente y más compasiva.
El
tiempo siempre es nuestro aliado, aunque a veces parezca estar en contra. Cuanto
más nos acerca a la muerte, más nos hace amar la vida. Sin embargo, este amor
antes impetuoso y apasionado, va convirtiéndose en serena y grata aceptación
que se compensa siempre si al volver los ojos atrás tenemos la certeza de haber
amado mucho.
Hago extensiva mi felicitación a Xara por su
cumpleaños en nombre de todos los que nos encontramos en este rincón. Y mi
deseo para ella, como para todos los anónimos que cumplan ahora o en algún momento,
de que ante todo seáis FELICES y AMÉIS incondicionalmente y siempre.
Muchisimas gracias por esta felicitación ante tantas personas queridas. Es un placer sentirse reconocid@, aunque de sobra sé que me quieres. Un beso para tod@s y FELICIDADES!!!
ResponderEliminarXara es un placer tenerte siempre con nosotr@s!!...inmenso!
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