Ayer pude comprobar como las torres más altas caen. De qué forma se
convierte en absurda, estúpida e improcedente la soberbia, la arrogancia y la
prepotencia del que la ejerce cuando los vientos van a su favor, cuando se
siente fuerte o cuando, aún en su debilidad, siente envidia, por naturaleza,
del entorno que le rodea.
En esta situación de debilidad, la vida es otra cosa. Entonces el
monstruo que llevamos dentro y que todo lo devora se convierte en un conejito
asustadizo que huye de cualquier cosa.
Toda la sabiduría está concentrada en la vida y es ella la que se
encarga de hacernos protagonistas de las lecciones, que antes dábamos nosotros,
y de examinarnos más tarde.
Si ahora mismo crees que el mundo está en tus manos y a tus pies,
rebaja la intensidad de ese sentimiento porque más tarde o más temprano todo
acaba para todos, pero antes de terminar suele llegarnos situaciones que nos
ponen a prueba de aquello en lo que hemos sido tan prepotentes.
Cuando estés en momentos de debilidad piensa que también, como los
otros, terminarán y que entonces cerrarás el ciclo de los aprendizajes que
tenías que hacer.
Todos pasamos por ser cabeza de león y cola de ratón. No lo olvides
cuando estés devorando a tus presas. Tampoco obvies que si eres cola de ratón
tu suerte terminará cambiando también.
Excelente, por favor me permiten compartirlo
ResponderEliminarAlex, por supuesto que puedes compartirlo. Mis reflexiones son siempre vuestras. Gracias por la sintonía*
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