Es
un juego, pero sobre todo ha sido una tradición en mi familia materna pasada de
generación en generación. Solamente tenemos este primer día del año para
realizarlo.
Os
cuento en qué consiste.
Se
trata de elegir un papelito de los tres números que os voy a dar como opción. Detrás
de cada uno estará la palabra BUENO-MALO-REGULAR, palabras que pronosticarán
cómo será el año que comienza para cada uno.
En
realidad, no es exactamente así. Los papeles eran metidos por mi madre en un
saquito; en él había tres posibilidades
por persona que estuviesen en la mesa de Año Nuevo. El rito se realizaba, en
realidad, al dar las campanadas, si estábamos todos allí, en ese momento.
Metíamos
la mano con miedo, esperanza, temor y expectativa. Y cada uno terminábamos
poniendo una cara diferente y guardando el papel para comprobar si aquello era
verdad.
Se
me ha ocurrido hacerlo de esta forma.
Voy
a daros la posibilidad de elegir un número de los tres. Mañana os diré que había
detrás de cada número.
Es
simplemente un juego; una tradición que en mi pesa mucho y que he querido
compartir con vosotros.
¡Feliz
comienzo del año!
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