Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 3 de enero de 2018

ABRAZANDO ESPERANZAS



A medida que avanzan los días de este nuevo año, se afianza la sensación de tener frente a nosotros un tiempo largo por delante para comenzar todo lo que siempre nos proponemos y abandonamos tan pronto. 



Cada uno, en su pequeño mundo, tiene algún objetivo que cumplir. Algún empeño que reiteradamente se propone como meta personal o social. Algo que nos impulse a pensar que este año sí lo conseguiremos.

Abrazamos esperanzas y mejor que así sea, porque la vida sin ellas resulta como un pozo sin fondo; llena de horas largas que nunca terminan en ilusión, sino en rutina e indiferencia. Y de este modo, los días pesan mucho y el tiempo se hace denso.

Todos los años queremos aligerar lo que pesa en el alma y la mayor esperanza es la espera de que en algún momento las cosas vayan mejor. Aunque lo cierto es que todo es relativo y si somos capaces de comparar nuestra situación y nuestro mundo con otros, incluso cercanos, nos damos cuenta rápidamente que todo es susceptible de empeorar. 

La aceptación no es conformidad. Cuando uno se conforma se resigna. No lucha y se entrega. Aceptar es asumir lo que sucede y quedarse en una especie de calma expectante. Pero en este caso, la disposición de ánimo está en una posición de apertura ante lo que pueda variar. 

Posiblemente, sin abandonar la esperanza, lo mejor es encarar la vida día a día, con pasos pequeños, sin querer correr antes de saber andar. Por eso, para nuestras pequeñas o grandes esperanzas están los puñaditos de emoción que día a día podamos proporcionarnos.

No regatees en ti. Sé generoso contigo. Date ese placer pequeño o grande que pone chispa en tu vida. 

La esperanza se nutre de pequeños deseos cumplidos; del incentivo de seguir teniendo ganas de “hacer”, de “seguir”, de “emprender”, de “crear”, de “avanzar” aún en el cuadrito que nos movamos diariamente.

Estamos en los primeros días del año. Queda mucho por consumir. 

Lanza una mirada amplia y alta sobre él. Cierra los ojos después y respira profundo.

Todo queda por pasar.

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