Observar.
¡Qué importante verbo!. No puede ejercitarse la atención sin observación.
Observar
requiere afinar los sentidos, estar alerta sin intervenir, recoger datos,
asimilarlos, encajarlos y recomponer la escena.
La
observación debería separarse de la evaluación. Cuando ambas se mezclan, quien
escucha oye una crítica en vez de una opinión.
Os
dejo un fragmento que acabo de leer.
“Puedo
aceptar que me digas
Lo
que hice o lo que no hice.
Y
puedo aceptar que lo interpretes,
Pero,
por favor, no mezcles las dos cosas.
Si
quieres confundir cualquier cuestión,
Puedo
decirte cómo hacerlo:
Mezcla
lo que yo hago
Con
tu reacción por ello.
Dime
que te decepcione
Que
deje las cosas sin terminar,
Pero
con llamarme “irresponsable”
No
me vas a motivar.
Dime
que te sientes dolida
Cuando
no acepto tus insinuaciones,
Pero
al decirme que soy un hombre frígido
No
mejoras tus perspectivas.
SÍ,
puedo aceptar que me digas
Lo
que hice o lo que no hice.
Y
puedo aceptar que lo interpretes,
Pero,
por favor, no mezcles las dos cosas.
Marshall
Rosengerg (La comunicación no violenta.-pág. 39)
No hay comentarios:
Publicar un comentario