DOMINGO ANTERIOR
.-¡Voy a contestar! Es mi amigo. Nos puede ayudar.
.-¡Nadie nos puede ayudar. No conteste!.-La tensión dentro del
vehículo era cada vez mayor. No podían entender cómo se habían visto
involucrados semejante circunstancia que se añadía a sus problemas sin ningún
sentido.
El teléfono seguía sonando. Owen apretó el botón verde.
La mujer se dio la vuelta
con la intención de impedir aquella conversación. Sin darse cuenta perdió el
control del volante y un estruendo inmenso dejó en silencio absoluto aquel
momento…
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Domingo 21 febrero 2016
Swa comenzó a abrir los ojos, pasado mucho tiempo. La noche se
había esfumado. Un fuerte olor a goma quemada invadía el vehículo. El tronco de
un árbol había sesgado la cabeza de aquella mujer que pendía entre un amasijo
de hierros cerca de ella.
Entre tanto, Steve había llamado a Valeria. Nadie contestaba a la
desesperada llamada que repetía en el teléfono de Owen. No sabía qué hacer.
Valeria y él habían quedado de nuevo en verse en el vestíbulo del
hotel donde se había quedado. Se encaminó hacia allí no sin antes repetir
diversas llamadas al teléfono de su amigo.
Estaba preocupado. Muy preocupado. Sin embargo no podía hacer nada
hasta que Owen le devolviese la llamada. No sabía dónde estaba. Tampoco tenía
ninguna pista para empezar a buscarle.
A lo lejos divisó la imagen de Valeria apoyada en la cristalera de
una joyería que colindaba a la puerta de entrada del hotel. Se acercó despacio
para sorprenderla.
.-¿Qué anillo te gusta más?.
.- ¡Steve! ¿de dónde sales?. No te he visto llegar.
.-Aquí, tras de ti como seguro que he estado siempre.- De nuevo
aquel empedernido seductor preparaba su estrategia para rendir a la bella
mujer.
.-¡Qué cosas me dices!
.-Nada más ni nada menos que las que mereces. Nunca he visto a una mujer
tan bonita.- Cada palabra de Steve abría un hueco más profundo en el deseo de
aquella desconocida en el que se colaba este hombre con suma facilidad.-¿No me
dices cuál es el que te gusta más?.
.-¡Oh sí!. Aquél.- Apuntando con su dedo índice señaló un fino aro
que sostenía un enredado ocho de brillantes.
.-Será para ti.
.-¿Por qué tendrías que regalármelo?.-Respondió la mujer
reaccionando ante las envolventes palabras de Steve.
.-¿No te gustaría?
.-He preguntado ¿por qué?.
.-¡Por favor!, perdóname. No he querido ofenderte. Todo lo
contrario. Solamente quiero verte feliz. Me vuelve loco tu sonrisa. Desde que
te conozco no puedo pensar en otra cosa.- A pesar del intento que Valeria había
hecho tratando de sacudirse los lazos con los que Steve la adornaba, cambio el
tono de su voz para seguirle.
.-Perdóname. He sido una estúpida. Podemos entrar a cenar si te
parece.
.-No, aquí no.- Su afán de demostrar una galantería desligada de su
íntimo deseo de poseerla le llevó a rechazar la propuesta de quedarse en el
hotel.- Conozco un sitio mejor.- y diciendo esto llamó con su mano a un taxi cercano
que circulaba libre.
Swa no podía moverse. Su ángulo de visión era muy pequeño. Buscaba
a Owen desesperadamente. Encima de su regazo estaba el móvil. Milagrosamente,
intacto.
Giró levemente su cabeza. Owen había desaparecido. ¡No podía ser!, ¿dónde
estaba?. De nuevo la desesperación se apoderó de ella…
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