Muchas veces
pensamos que “ya es tarde”, “que pasó el tiempo”, “que se pasó el arroz”…sin
embargo, la vida la vivimos cada momento como si fuese el primero. Es nueva cada
mañana y se presenta distinto a cada instante.
Nunca
es tarde, sea como sea la dicha. No lo es porque siempre estaremos a tiempo de
cambiar la ruta, de elegir otro camino, de decir basta o de iniciar lo que
siempre quisimos.
La
mayoría de las veces, no mejoramos por miedo a lo que está por llegar.
Estamos
mal y tememos ponernos peor. Pero lo cierto es que, en ocasiones, tal y como estamos
ya es “lo peor”.
Hay que
ganar valentía paso a paso. Cuando esto no
resulta fácil entonces llega la propia vida y decide por nosotros. Y
saboreamos el cambio…e incluso nos decimos a nosotros mismo por qué no antes.
Si
estás en ese momento de duda, seguro que llega un viento que derrumba tu cabaña
para que puedas construir un palacio.
Veamos
este breve cuento alusivo al tema.
¡Feliz
comienzo de semana!
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"Un pájaro que vivía resignado en un árbol podrido en medio
del pantano, se había acostumbrado a estar ahí, comía gusanos del fango y se
hallaba siempre sucio por el pestilente lodo.
Sus alas estaban inutilizadas por el peso de la mugre, hasta que cierto día un gran ventarrón destruyó su guarida; el árbol podrido fue tragado por el cieno y el se dio cuenta de que iba a morir.
En un deseo repentino de salvarse, comenzó a aletear con fuerza para emprender el vuelo, le costó mucho trabajo porque había olvidado como volar, pero enfrento el dolor del entumecimiento hasta que logró levantarse y cruzar el ancho cielo, llegando finalmente a un bosque fértil y hermoso."
Los problemas son como el ventarrón que ha destruido tu guarida y te están obligando a elevar el vuelo o a morir.
Nunca es tarde. No importa lo que se haya vivido, no importan los errores que se hayan cometido, no importa las oportunidades que se hayan dejado pasar, no importa la edad, siempre estamos a tiempo para decir BASTA, para oír el llamado que tenemos de buscar la perfección, para sacudirnos el cieno y volar ALTO y muy lejos del pantano.
Sus alas estaban inutilizadas por el peso de la mugre, hasta que cierto día un gran ventarrón destruyó su guarida; el árbol podrido fue tragado por el cieno y el se dio cuenta de que iba a morir.
En un deseo repentino de salvarse, comenzó a aletear con fuerza para emprender el vuelo, le costó mucho trabajo porque había olvidado como volar, pero enfrento el dolor del entumecimiento hasta que logró levantarse y cruzar el ancho cielo, llegando finalmente a un bosque fértil y hermoso."
Los problemas son como el ventarrón que ha destruido tu guarida y te están obligando a elevar el vuelo o a morir.
Nunca es tarde. No importa lo que se haya vivido, no importan los errores que se hayan cometido, no importa las oportunidades que se hayan dejado pasar, no importa la edad, siempre estamos a tiempo para decir BASTA, para oír el llamado que tenemos de buscar la perfección, para sacudirnos el cieno y volar ALTO y muy lejos del pantano.
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