“La tristeza te hace ser una persona más profunda. Te permite explorar los perímetros de tu alma.
La tristeza es el único umbral hacia ciertos niveles de conciencia, y es un duro maestro desafiante. A través de la tristeza puedes explorar cada aspecto de tu lado oscuro –rabia, dolor, abandono, terror, soledad-, y estos son aspectos de la herida sagrada que en nuestras vidas cotidianas usualmente tratamos de ignorar.
La tristeza te fuerza a mirar esas partes de ti misma que no están sanas todavía.
Si puedes mirar a la tristeza como una enseñanza, crecerás. El dolor de la tristeza no es el único maestro en esta vida, pero si es observado adecuadamente, con conciencia y el corazón abierto, es uno de los más grandes maestros de todos.
Las semillas de la sabiduría y la iluminación están plantadas dentro de las heridas de la tristeza. Lo que se ha perdido solo puede regresar a nosotros nuevamente de un modo superior”.
Lynn Andrews.
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Decididamente, la
tristeza enseña mucho. Enseña a desgranar misterios, a solventar dudas, a solicitar
preguntas, a requerir alientos, a generar caricias, a agradecer palabras…a
divisar caminos.
Enseña que un día
lo maravilloso se esfuma como el éter y queda lo esencial; enseña a caminar
prudente, a ir despacio, a hablar bajito…enseña al alma a dormirse sobre las
lágrimas y a despertarse bajo la luz.
Enseña que no hay
dolor gratuito, ni grito que quede impune.
A mí me enseña a quererme
más adentro y a pronunciar mi nombre junto a esta frase:…” Todo está bien”.
Cuánto me satisface hoy está lectura que comparto desde principio a fin... Muchas gracias...
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ResponderEliminarGracias Xara por esta sincronicidad que nos envuelve a ambas¡ un besito***
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