Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 20 de junio de 2014

CON FORMA DE AMOR

Anoche recordé la canción de Georges Moustaki: "Mi libertad la he guardado mucho tiempo como una perla rara...", pero la hubiera traicionado de buen grado por "una prisión de amor y su bella carcelera".

              Han pasado muchos años y ya no sé si quiero  "prisión de amor", sino lo que expresa el gran poeta y místico libanés Jalil Gibran, "el amor es la única libertad que existe en el mundo, porque eleva hasta tal punto el espíritu que las leyes de los hombres y los fenómenos de la naturaleza no pueden alterar su curso".  
Tich Nhat Hahn, lo expresa con más sencillez: "He sido monje durante 65 años, y lo que he descubierto es que no hay ninguna religión, ninguna filosofía, ninguna ideología superior a la fraternidad. Ni siquiera el budismo."
 El amor universal, la fraternidad, es la expresión ampliada del auténtico amor de pareja: dos naranjas completas, capaces de ofrecer al mundo un vaso lleno de naranjada.
Nada es tan delicioso como la vivencia del amor cuando lo que se siente se puede expresar, compartir y fusionar. Es una especie de implosión serena, de cálido volcán de fuego serenándose por las laderas de un costado de la vida, es lo único posible y real dentro de la toma de posesión de la existencia cuando llegamos y lo exclusivo que nos llevamos al irnos.
No entiendo la vida sin amor. No es ni siquiera posible. La propia vida es tal gracias al amor entre células originarias, simples y neófitas que se atrajeron en el afán de seguir adelante.
         Pensar con amor, actuar desde el amor, comprender en el amor, soñar por amor…nos ayuda a seguir y hasta sobrevivir por él y en él. Cuando esto es así, el resto y todo lo demás sobra. Y en realidad, no sobre, no existe.

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