El cuento sufí que presentamos ayer merece una breve reflexión por lo interesante de su contenido.
Primeramente, alude a la necesidad de ayuda en una situación problemática, que transfiriendo la que presenta el relato puede asemejarse con la dificultad de liberarnos de la prisión anímica en la que nosotros mismos nos encarcelamos muchas veces.
Se me ocurre que hay un paralelismo con el protagonista del “Caballero de la armadura oxidada”, quien tampoco podía liberarse del armazón que había ceñido en torno a sí y que le separaba del mundo y de los afectos más cercanos.
Una vez planteado el problema, hay una necesidad de salir de él. No hay medio de escapar, si no es con la ayuda de quienes amamos…al menos para dar el impulso necesario de confiar en nosotros mismos, más tarde. Es la mujer la que le invita a orar (podemos relacionarlo con la meditación, la reflexión, el re vertimiento sobre sí mismo…) y le ofrece una solución no explícita a la que debe llegar a través de la observación.
Es curioso como la ayuda no está absolutamente en la colaboración externa, sino que le resultado final dependerá de él mismo. De su capacidad para adentrarse en sí mismo, su disposición para ver más allá de las apariencias, su agudeza para descubrir que todo está con él ya…mientras medita u ora…cuando está a solas en sus adentros…entonces descubre que la verdad que le salvará la tiene delante de sus ojos.
A veces no vemos porque no sabemos mirar. Ver con serenidad, acercarnos a los problemas con quietud interior, observarlos como si mirásemos al centro de una poderosa luz que en sí misma tuviese las respuestas nos hará llegar a vislumbrar el camino de salida.
Para llegar a poner en marcha el procedimiento de liberación, también debe contar con los demás carceleros. No vivimos aislados. Necesitamos afectos, otros ojos que miren en la misma dirección y otras manos que logren sostener la misma carga.
La recompensa siempre llega y el premio estará siempre ligado al amor que le sigue esperando con los brazos abiertos cuando él sale de la prisión. Los que nos aman siempre esperan…y lo hacen incondicionalmente. Solo apoyados en la fuerza del amor que todo lo mantiene.
Siempre hay alguien cuando abrimos la puerta de nuestra cárcel…siempre algo que espera por nosotros…y esperará hasta que seamos capaces de descubrir la llave que nos han dibujado.
Bella alegoría que nos invita a ponerla en práctica.
Es muy alentador este cuento; los cuentos sufís me gustan por su sencillez y la sabiduría que transmiten. No sé hasta qué punto todos tenemos delante la clave para salir de la prisión, pero está claro que siempre sabemos lo que hay que hacer...! aunque el autoengaño nos sirva para manifestarnos indignos, victimas, o simplemente incapacitados para actuar y ponernos en marcha. En mi caso es así, siento falta de apoyo y confianza en mí misma, pero ya he visto la llave. Es constancia lo que a mí me falta, y atravesar ese miedo que producen los primeros aleteos cuando aún no somos capaces de alzar el vuelo...
ResponderEliminarUn beso
Muy rico tu comentario!!...ver la llave es primordial, es el punto dodnde podemos comenzar...el resto es una carrera de fondo que ya sabes...como todas comienza con un primer paso.
ResponderEliminarBesos y buenas noches!!
Gracias Flor y Nata, parece que nos hemos entendido bien. Todos tenemos uno o varios caminos por recorrer y lo mejor es cuando encontramos personas que hablan nuestro mismo lenguaje, entonces se hace más agradable y fácil la tansición hacia nuevos horizontes.
ResponderEliminarBuenas noches, queridos amigos!!
Hola se me viene a la memoria la palabra Tantra un camino de confrontacion con uno mismo pero muy peligroso y que requiere mucha meditacion-cuando nos aferramos a las cosas y/o personas en este mundo se crean dependencias y estas a su ves ira cuando no se pueden satisfacer-aca lo importante es reconocer el problema y a travez de la practica de la meditacion la devocion y los pensamientos elevados lograr la no violencia,el autocontrol y por supuesto la verdad que siempre nos hace libres saludos a todos -veracruz-
ResponderEliminarAmigo de Veracruz...tu aportación me ha gustado mucho también; cada uno necesitamos encontrar nuestra propia llave pero la búsqueda debe discurrir por las vías que describes: meditación, vibraciones elvadas a través de pensamientos serenos, positivos, amorosos...y ese necesario autocontrol que nos llevará a vislumbrar la VERDAD.
ResponderEliminarGracias a todos y un afectuoso abrazo!!