Y como una flor te miras en tu estanque
Siempre orgulloso de tu imagen,
Radiante con las ilusiones de tu mente,
Encendido con las pasiones de tu alma.
Como un espejo se refleja en el agua,
La montaña que pareces desde dentro
Si no sientes, si no hablas.
Como ráfaga de viento
Sacudes en ondas y salpicas el agua,
Hacia los que te miran sin saber
Que dentro está el volcán ardiente
Debajo de tus enaguas.
Y te miras y miras y cuanto más lo haces
Más te pareces bello y poderoso
Ante la gente normal que no brilla
Sin tus gracietas y palabras.
Mírate niño, pero mira que no te caigas,
En el centro del espejo
Que parece la superficie de ese lago
Que te engaña y descalabra.
Cambia de sitio tu mirada,
Date la vuelta y conocerás
La verdad de la que tanto te apartas.
Se narciso si quieres,
Pero selo en tu jardín
Y no en ese fango que te alaba.
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