Dónde están los fuegos artificiales,
Con los que era luz en el cielo,
Dónde las alondras que dejaban mensajes
Desde lo alto del techo a lo angosto del suelo,
Dónde la carta que anunciaba que nada estaba lejos,
Que podía esperar tranquila acunada en los recuerdos.
Dónde la mano fría que sobre mi frente refrescaba
El alma pura y el dulce pensamiento.
Dónde se escondieron los vientos
que detrás de mi iban,
hasta el más profundo infierno.
Dónde quedó en niño
que pedía una nana en cada intento.
Dónde, las lágrimas que caían
desde mis ojos al vientre bajo del averno.
Cómo llegó un día, el trino triste
De aquel pájaro de mal agüero.
Qué pronto se rompió la magia
Qué harto se quedó el fuego.
Qué frío invadió la estancia
Qué sólo apareció el invierno.
Dónde se escondieron las risas
Dónde las promesas y el arrullo del “te quiero”.
Cuándo llegará de nuevo,
Otro lugar, otra hora y otro tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario