El contenido de esta reflexión está basado,
fundamentalmente, en el libro; “Comienza donde estás”, de Pema Chödrön.
Me ha gustado advertir el equilibrio que nos propone
entre cualquiera de nuestras emociones: lo que nos resulta agradable, lo que
nos resulta desagradable y aquello ante lo que sentimos neutralidad.
Si es algo agradable, activa nuestro deseo ansioso; si
es desagradable, activa nuestra aversión; si es neutral activa nuestra
ignorancia. Tres venenos causantes de nuestras desdichas.
Con ellos, el mundo no nos habla por sí mismo porque
estamos tan pillados en la historia que solamente te hablas a ti mismo para que
nada más te hable y te vuelves sordo, ciego y mudo ( pág. 51).
Todo lo tomamos de una forma muy personal y con ello
impedimos que la “lógica del corazón” se despliegue perdiendo la oportunidad de
madurar, de reconectar con ese punto suave y delicado dónde todo fluye con
apertura. Encontrarnos con la dimensión fresca de nuestro ser, en definitiva.
Si seguimos los impulsos o los reprimimos, nos estamos invitando a sufrir su
intensificación; a que el sufrimiento y el desconcierto nos lleven a la confusión aniquilante.
“Si alguien viene y dispara una flecha a tu corazón, no
sirve de nada quedarte allí gritándole a
esa persona. Sería mucho mejor dirigir tu atención al hecho de que
tienes una flecha en el corazón y relacionarte con esa herida” Cuando hacemos esto,
nos hacemos amigos de nosotros mismos. Nos damos la oportunidad de trabajar la
paciencia y la bondad.”
Así podemos transformar todo el material turbio
reconectando con nuestro corazón blando, con nuestra claridad, con nuestra
capacidad de soltar y abrir el espacio interior.” (pág. 55).
Excelente enseñanza para poner en práctica, hoy.
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