Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 28 de febrero de 2018

LO MALO Y LO BUENO, CRECEN SI SE PIENSA



Leo menos de lo que quiero y seguro que de lo que debería.
Repasando unos archivos encontré esto:







…“Aquello en lo que uno piensa, crece”. Esta es una máxima oriental, y resume perfectamente las mayores y más fundamentales de todas las leyes de la Mente. Aquello en lo que uno piensa, crece.

Cualquier cosa a lo que demos acceso en su mente, se magnifica en nuestra vida. El sujeto de nuestro pensamiento puede ser bueno o malo, la ley funciona y la condición crece. Cualquier asunto que mantengamos fuera de la mente, suele reducirse en la vida, pues lo que no se usa, se atrofia.

Mientras más pensemos en nuestra indigestión o nuestro reuma, más se agravarán esos males. Mientras más pensemos que estamos sanos, que estamos bien, mejor estará nuestro organismo.

Mientras más pensemos en las carencias, los malos tiempos, etc., peor andarán los negocios, y mientras más pensemos en la prosperidad, la abundancia y el éxito, esto dará a nuestra vida una proporción mayor de esos bienes.

Mientras más pensemos en los fracasos o en las injusticias que hemos sufrido, más pruebas de ese tipo seguiremos recibiendo, y mientras más pensemos en la buena suerte que hemos tenido, más buena suerte recibiremos.

Esta es la ley Mental básica, fundamental, que lo abarca todo.
En realidad, toda enseñanza psicológica y metafísica no es mucho más que un comentario sobre esta ley.

Aquello en lo que uno piensa, crece. 

Filipenses 4 8.

Realmente la mente no diferencia entre lo imaginado y lo real. Si pensamos en la acidez de un jugo de limón recién extraído seguramente nuestras glándulas salivares comenzarán a segregar saliva; idénticamente a si lo estamos viendo en realidad.

Por ello, de la misma forma, no diferencia entre pensamientos sobre “el miedo” a la desdicha o pensamientos que emerjan de ideas sobre la felicidad. Para la mente TODO es real.

La elección no es dudosa. Piensa “que todo está bien”, que “todo” está donde debe estar y en el punto que nos conviene.

Si te queda por delante un mal trago que pasar no pienses en el dolor que te causará. Solamente deja que el tiempo pase hasta que llegue. Cuando estés en medio de la marea piensa que saldrás.

Serena tu mente y visualiza el futuro inmediato estando feliz fuera de ese trance.

Es un método que no falla nunca.

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