El
amor no pregunta. Lo cierto es que puede pasar sin rozarte o por el contario
darte de pleno en el centro del corazón.
A
veces, lo que sucede es que no conviene, no es posible o nunca llegará a
materializarse. Precisamente, en estos casos comienza a idealizarse, a hacerse
único e irrepetible, a desplegar todo un cúmulo de chispas de colores que nos
hacen aterrizar en otro planeta.
A
mí me gusta la vida real. Lo que puede vivirse, gozarse y sufrirse. Lo que
sucede es que la fantasía a veces es el único reducto que queda cuando uno se
encuentra en una situación de soledad o de penuria.
Es
cierto que el amor no debiera hacer sufrir y sin embrago, es la fuente de mayor
sufrimiento y desasosiego.
Cuando
uno se enamora se apropia de ese sentimiento que está ligado a otro ser y poco
a poco, surge el apego a lo que uno siente cuando está con la otra persona.
Me
atrevería a decir que incluso el objeto del amor es el propio amor. La
corriente incontrolada y arrolladora de emociones que nos desbordan es lo que
echamos de menos cuando el otro no está. O lo que queda de nosotros en él/ella
cuando se alejan. Eso es lo que realmente duele.
Nos
apegamos a la adictiva emoción. La convertimos en droga. La hacemos nuestra en
exclusiva y no queremos perderla a ningún precio.
La
vida se encarga de curar los amores imposibles o de transformarlos en sueños a
los que poder recurrir cuando uno se siente añorante.
El
amor no entiende de situaciones, ni de contratos, ni de edades o condiciones.
Somos nosotros los que tenemos que situarle dentro del corazón cuando no puede
salir por los poros.
Y si no puede ser correspondido o no conviene
o nunca llegará a poner nombre a los amantes, ni siquiera importa. Se sostiene
a sí mismo y se nutre de igual forma.
Si
amas a quien no encaja en tu vida o a la persona que nunca tendrás, no dejes de
hacerlo. Siempre estará contigo el mejor sentimiento que has construido dentro
de ti.
Llegará
si es para ti o se convertirá en un nombre distinto pero, de cualquier forma,
habrás probado la capacidad infinita del amor.
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