Nuestro
pensamiento tiene alas, no hay duda. Y unas alas muy veloces. Antes de que la
palabra salga de nuestra boca ya está el pensamiento anidando en nuestra mente.
E incluso aunque parezca que no tenemos nada pendiente, nuestro cerebro no hace
otra cosa que dar vuelta y vueltas a cualquier tema que instalamos en él.
Las
alas del pensamiento nos permiten llegar a todos los sitios; al corazón del
otro, a su mente, a aquel lugar que deseamos ver y no parece que nunca sea
posible. En definitiva, es lo único que nadie puede gobernar, que nadie puede
atar con cadenas…que es libre de verdad.
Empleo
muchas veces, habitaciones de mi mente para convocar a las personas a las que
tengo que decirles algo y por lo que sea, no están o no es posible tenerlas
cerca o incluso no sería conveniente hacerlo en persona.
Allí,
a solas, en este lugar sereno y armonioso, me siento en frente de la persona y
el cuento lo que siento, lo que me duele de su comportamiento, lo que me
gustaría que sucediese…y pido perdón por el mío y agradezco la presencia de ese
ser en mi vida porque aunque me haya ido mal con él/ella, seguro que me ha
enseñado algo. Lo que no tengo que hacer, lo que no debo repetir, lo que
hubiese sido conveniente decir…etc.
La
vida está llena de desencuentros, de desilusiones y fracasos; pero no debemos
llamarles así. Mejor cambiar el punto de mira y convertirlo en oportunidades de
mejora, en aprendizajes que traen crecimiento personal y en trampolines desde
los cuales lanzarnos siempre hacia arriba.
Las
alas del pensamiento también sirven para soñar. Para visualizar lo que deseamos
que suceda y una vez en ello, creérnoslo.
Encuéntrate
con las personas a las que tienes algo que decir; vuela hasta los lugares que
deseas visitar, sueña con las situaciones que quieres que sucedan. De algún
modo, de alguna forma lo haces ya realidad.
Todo
un placer usar las alas del pensamiento. Y si ves que se desvían en el camino,
mira hacia atrás para no volver a recorrer el mismo.
Luego,
sigue volando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario