Hay
un día para todo ahora. El que se dedica a los enamorados, el que ensalza a la
madre o el padre, el que homenajea a las enfermedades y como no, el día de los
difuntos.
Hoy
he mantenido una animada charla, casi discusión, con un familiar cercano por
este tema. Aquí el día 1 de noviembre se destina al recuerdo de los muertos. Y
es, en ese momento, cuando las tumbas se llenan de flores, las lágrimas afloran
y los recuerdos invaden a los que veneran esta celebración.
No
estoy en esta sintonía. En absoluto. No tengo días de nada pero menos para los
seres queridos que se han ido de nuevo al hogar primigenio.
Les
recuerdo todos los días, lloro a menudo, me regocijo en lo que de ellos queda
en mi y no necesito una fecha en el calendario que me lo recuerde.
La
persona que estaba explicándose a mi lado, rememoraba con denuedo a sus muertos
más recientes, aún así ya muy lejanos. Lloraba, se acongojaba, sufría y
retorcía su alma ante la próxima fecha. No entiendo esa postura cuando el resto
del año ni siquiera lo menciona.
Posiblemente,
sea yo muy exigente con los sentimientos. Tal vez, esté bien que exista un día
para ese fin porque de otro modo mucha gente ni siquiera tendría uno en el que airear
sus recuerdos.
En
mi interior soy muy intuitiva. Siento con fuerza lo que debo a cada uno de mis
muertos. Y así lo hago. A veces, creo que alguno necesita oraciones, y rezo.
Otra persona se me representa con tal luz que ni siquiera soy capaz de decir,
al referirme a ella, “en paz descanse”, que es una fórmula de obligada
cortesía. No lo hago porque verbalizar esa frase me parece poner en duda que lo
esté; y no lo dudo ni un solo instante.
Tal
vez sea extraña. Tal vez de mucha importancia a mis intuiciones. Posiblemente
mi mundo interior me da las señales que necesito para guiarme con mis muertos y
con los vivos.
Yo
al menos sigo mi instinto que cada vez parece afinarse más.
Al
resto solo me queda ofrecerles mi respeto.
No estas sola....desde que tengo uso de razón, siempre he pensado así....A mi madre le llevo flores a menudo....y le recuerdo que al cementerio no se las voy a llevar...Gracias
ResponderEliminarPrecioso sentimiento. Eso mismo pienso yo. Gracias me siento acompañada.
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