DOMINGO ANTERIOR
.-¡Bastardo! Lo pagarás muy caro. Tu teléfono está localizado.
La policía está justamente a tu lado.-
Esto descolocó al malvado asesino que instintivamente comenzó a
mirar a su alrededor quitando el pie de la cara de la mujer china. Aprovechando
el descuido, Shwa se agarró a uno de sus pies y le desequilibró tirándole al
suelo. La pistola quedó lejos, cerca de los pies de un niño de una edad
parecida al suyo.
Inmediatamente, el pequeño intentó cogerla.
.-¡No!, no lo hagas. – Mientras tanto, era ella la que ahora
posaba su tacón en la parte baja del vientre de Steven.
El niño los miraba sorprendido. Volvía los ojos a la pistola que
estaba al lado de sus pies mientras una voz, a lo lejos le llamaba.
.-¡ Robert!, ¿dónde estás?. Robert!...
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El pequeño cogió lo que parecía un juguete del suelo. Swa palideció
de inmediato.
.-¿Esto es tuyo?.- mientras decía esto sostenía la pistola por el
cañón de salida. Con la otra mano,
comenzó a manipular el hueco que sostenía entre los dedos. El nerviosismo de la
mujer china hizo que cediese la presión que estaba haciendo con su tacón sobre
los genitales de aquel envilecido personaje. Steven aprovechó la ocasión para
encaramarse a su pierna y tirarla al suelo, a su lado.
La gente se había arremolinado
en torno a esta escena dantesca. Nadie se atrevía a intervenir.
Owen, desesperado en las dependencias policiales, intentaba
recomponer la historia en la que se veía envuelto desde su infancia. No había
otro camino. Era necesario que lo supieran en su totalidad. Aquella venganza
que siempre había soñado en solitario carecía de sentido ante la presencia de
Swa.
Ella se había visto envuelta en un tremendo enredo sin pretenderlo
y ahora estaba pagando una factura que no le correspondía.
Alertó de las coordenadas del móvil de Steven y relató, aceleradamente,
de qué forma habían llegado a aquel punto.
Su amigo, el inspector, estaba presente.
.-Mi querido Owen, llevo años intentando que dieses este paso. Ahora
podremos detener a los que hicieron
tanto daño. Tendrás que ayudarnos a meter en la cárcel a ese traidor que te ha
engañado tantas veces.
.- Es el momento. – respondió Owen. –Ella no tiene que esperar mi
venganza y poner en peligro su vida.
.- Tenemos todo el tiempo por delante, amigo. No te preocupes, la
rescatarán de inmediato.- le cogió por el hombro y acercó el suyo al del
doctor.
- Vamos tomaremos un café y comenzaremos una larga charla. – Owen sometido
y sumiso se acercó a su antiguo compañero de escuela y dejó su mente viajar en
el cuarto oscuro de su memoria.
La madre del niño le llamó con la mayor calma de la que fue capaz.
.-¡Robert dame ese juguete!.- El pequeño la miraba sonriente y
burlón. Parecía gustarle el hecho de haberse convertido en el centro de una
película de acción. Estaba orgulloso de haber cogido aquel artefacto que se parecía
a los juguetes de su casa.
Swa permanecía en el suelo inconsciente. Su cabeza había rebotado
sobre él varias veces. Steven intentó incorporarse con la intención de escapar.
No podía imaginarse que fuese tan difícil lo que pretendía.
La madre de aquel niño delgado y tembloroso se acercó lentamente
hasta él.
.-¡No vengas mami!. Mataré al malo.-Entre tanto las sirenas de la
policía se acercaban intercambiado los sonidos de peligro que resonaban con
impaciencia.
De pronto, se oyó un disparo seco y sordo al que siguieron unos
estrepitosos chillidos desgarradores (…)
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