Un
lector del blog me ha preguntado mi opinión sobre los amores cibernéticos. Parece un tema sencillo, pero no lo es.
La
vida es casualidad y sorpresa. En cualquier momento cambia su rumbo y, a veces,
decide hacerlo de forma inesperada y radicalmente abrasadora.
Antes
de conocer a los que hoy son lo más íntimo nuestro, eran desconocidos para
nosotros. En algún momento, los que ahora nos rodean, eran invisibles.
Hay
muchos lugares donde poder enamorarse, en realidad cualquiera es buen sitio
para ello porque lo que importa no es el contexto, la situación ni el marco. Lo
que importa es la mirada, la sensación de presencia y el aire compartido.
La
red cibernética sería un lugar como cualquier otro si pudiésemos tener a la
persona a cinco centímetros de nuestra
cara. Observando sus pupilas y recreando sus labios.
Enamorarse
por internet es constituirse en protagonista de una historia parecida a la de
D. Quijote. Posiblemente, haya muchas
dulcineas esperando. Tal vez muchos D. Quijotes sueñen con que Aldonzas Lorenzo
son hadas del bosque que todo pueden encantar. Pero sobra fantasía y falta
realidad.
Muchos
pueden pensar que únicamente el amor, así en abstracto, es lo más puro que
puede existir. En realidad, es una creación nuestra y como tal la colocamos en
el lugar que deseamos arreglándola con las alhajas que más nos gusten. Nadie
cambiará nada porque no hay posibilidad de contraste. Ese es el problema de la
red que nos envuelve peligrosamente en la creencia de que nos están
satisfaciendo con lo que más necesitamos.
Conocer
a alguien personalmente tampoco garantiza que sea el amor de tu vida. Ni siquiera
un contrato de matrimonio nos asegura que esa persona es la que debe llenar
nuestro corazón hasta el final de los días. Pero tengo una amiga que siempre hace
referencia a la importancia de la piel y esa es muy difícil tocarla por
internet.
Tienes razón mi admirada Flor y Nata: los soñadores son ilusos que se conforman con el resplandor.
ResponderEliminarHay gentes asi, soñadores como Don Quixote o como el Dante.
"Ladran, luego cabalgamos"
Hay que hacer realidad, los sueños. La gente en vez, de ser ilusos como usted los llama, debe SOÑAR MAS, luchar por sus sueños y llevarlos a una relidad. Hay que confiar más en nosotros mismos, y tener mas criterio a la hora de perfilar los sueños, es eso.
EliminarGracias por tomarte el trabajo, de escribir y responderme Flor y Nata. Tu opinión me ayuda a tener una visión más clara; es amplio y reflexivo tu mensaje. Un fuerte abrazo, desde Colombia. Te reitero mi admiración, y te confirmo mi instancia visitando, y leyendo constantemente tu blog, y todo lo bello que plasmas mediante tus letras.
ResponderEliminarGracias por vuestras palabras. No he sido yo quien ha contestado al primer cometario ya que siempre lo hago con el nick del blog, en este caso Flor y Nata.
ResponderEliminarEste tema es bastante delicado porque hay necesidades emocionales que, en un momento determinado, uno precisa satisfacer del modo que sea, incluso desesperaciones que no aguantan el silencio ni la soledad.
Pero nunca olvidemos lo maravilloso del contacto personal.*
Soy el loquito que atacaba molinos y soñaba, digo deliraba por su Dulcinéa.
ResponderEliminarDefinitvamente el contacto físico es clave en una relación.
Tener los pies en tierra firme, dice el Marqués, para que el "golpe" no sea tan fuerte si uno anda en la nebulosas, remata sonriendo.
O.P.
Nuestro amigo el Marquès siempre con su visiòn pràctica!, desde luego nos pone los pies sobre la tierra, que no es poco!***
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