¿Te
has preguntado alguna vez cómo será la otra cara de la luna?. Imaginamos que
debe ser igual que la que vemos. Que las sombras no deberían modificar su
belleza y que a pesar de la oscuridad, tras ella, sigue estando la delicada y
sutil textura de su perfil en el firmamento.
Los
problemas llegan. Son inevitables. En ese momento nos sentimos desorientados y
posiblemente, a veces, tememos a la oscuridad que encierran. Todo pasa. Nada es
para siempre por tanto, el miedo que tenemos también será pasajero.
Hay
circunstancias en las que parece irnos todo mal. Temporadas difíciles que no
pasan. Momentos complicados que intentan asfixiarnos y noches eternas que no
quieren darnos descanso.
Cada
vez que uno de éstos me introduce en su remolino pienso que estoy en la otra
cara de la luna, en la que no vemos, en la que parece oscura pero seguramente
tenga su claridad.
Solo
hay que verla desde otro ángulo. ¡Eso es lo que me digo!, tengo que moverme
hacia otra parte, cambiar de perspectiva y posicionarme diferente.
Cuando
uno mueve la mente de lugar e instala el pensamiento a cierta distancia de los
problemas, hay lugar para soñar y reinventar de nuevo la vida, instante a
instante.
Posiblemente,
eso es realmente lo que tenemos que aprender. A hacer hueco a nuestros pequeños
momentos de sueños. A hacer “stop” en nuestro cerebro y poder tañer una campana que de entrada a una riada de
fantasía en la que ser felices a golpe del chasquido de los dedos.
Algo
semejante propone la Programación Neurolingüística. Los anclajes. Cualquier
cosa, una imagen, una palabra, un sonido que nos traslade a momentos felices
para que de algún modo, y por transmisión fugaz, esa felicidad encapsulada en
la memoria invada el presente.
Hay
que intentar cualquier camino para no perdernos la vida ni siquiera en los
malos momentos.
Eso
he decidido.
Los seres humanos tenemos una gran capacidad de adaptación a situaciones nuevas a donde llegamos por propia voluntad o por las circunstancias que vivimos.
ResponderEliminarEsa capacidad o cualidad es parte de nuestra evolución biológica que por supuesto implica la mental y por extensión espiritual. Adaptar la mente a nuevas sensaciones, acomodarnos a nuevas personas, adquirir novedosos compromisos nunca intentados.....todo eso forma parte de la gran aventura de la vida.
Los seres humanos con mejor capacidad de asumir posiciones nuevas se distinguen del común y gozan de los cambios y los hacen parte del juego diario de vivir plenamente.
Me alegra verte optimista y con una visión mas tranquila sobre los nuevos retos.
O.P.S.
La capacidad de adaptación es una habilidad que puede adquirirse si se trabaja en ella. Nos bastarà con no ser exigentes y estar dispuestos a responder a los cambios con la apertura de saber que no todo tiempo pasado fue mejor. Graciassss ***
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