Acabo de encontrarme con este texto. Me gustaría una opinión al respecto. Alude a la bondad...pero desde una dimensión no abordada por nostros aqui:
"Gandhi tenía una bondad increíble. Uno de sus discípulos, sentía
envidia de él y quería matarlo. Un día, el maestro estaba paseando
por un camino solitario y desde la cima de una colina, el homicida
deslizó una piedra que rodó por la ladera, pero la piedra se trabó
con un árbol y se detuvo antes de dar en el blanco. Mahatma
reconoció a su agresor, pero no le dijo nada y tampoco lo contó.
Días después, se cruzaron los dos hombres y Gandhi lo saludó con
alegría y respeto. El hombre le preguntó muy sorprendido si no
estaba enojado con él. Gandhi le respondió que no. ¿Puedes decirme
por qué no le has dicho a nadie y cómo has hecho para no enojarte
conmigo?. Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya
el que estaba allí cuando me fue arrojada.
Debido a que varios de sus seguidores le preguntaban cómo hacía para
no reaccionar a las agresiones y a las presiones; un día los reunió
y los llevó a un cementerio. Les pidió que gritaran insultos con
todas sus fuerzas. Luego de hacerlo, les dijo que gritaran
halagos. En el medio de ese campo los hombres parecían un grupo de
locos. Luego se sentaron y les dijo que era necesario aprender de
los muertos. Como ellos, había que ser indiferentes a los insultos
y también a los elogios. De esa indiferencia podía florecer la
bondad.
"Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir
conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven
conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte
a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no
recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el
Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba!
¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos
hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios
y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con Él, también
tendremos parte con Él en su gloria" Romanos 8:12-17."
envidia de él y quería matarlo. Un día, el maestro estaba paseando
por un camino solitario y desde la cima de una colina, el homicida
deslizó una piedra que rodó por la ladera, pero la piedra se trabó
con un árbol y se detuvo antes de dar en el blanco. Mahatma
reconoció a su agresor, pero no le dijo nada y tampoco lo contó.
Días después, se cruzaron los dos hombres y Gandhi lo saludó con
alegría y respeto. El hombre le preguntó muy sorprendido si no
estaba enojado con él. Gandhi le respondió que no. ¿Puedes decirme
por qué no le has dicho a nadie y cómo has hecho para no enojarte
conmigo?. Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya
el que estaba allí cuando me fue arrojada.
Debido a que varios de sus seguidores le preguntaban cómo hacía para
no reaccionar a las agresiones y a las presiones; un día los reunió
y los llevó a un cementerio. Les pidió que gritaran insultos con
todas sus fuerzas. Luego de hacerlo, les dijo que gritaran
halagos. En el medio de ese campo los hombres parecían un grupo de
locos. Luego se sentaron y les dijo que era necesario aprender de
los muertos. Como ellos, había que ser indiferentes a los insultos
y también a los elogios. De esa indiferencia podía florecer la
bondad.
"Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir
conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven
conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte
a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no
recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el
Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba!
¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos
hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios
y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con Él, también
tendremos parte con Él en su gloria" Romanos 8:12-17."
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Me pregunto a partir de este texto:
*¿Es realmente nuestra naturaleza pecaminosa?
*¿El cuerpo tiende a los malos hábitos?
*¿Han manipulado la religiones el sentido de lo "bondadoso" a su conveniencia para el adistramiento de los fieles?
Espero vuestros comentario. Gracias y un beso
Hola Flor y Nata!
ResponderEliminarNo me veia yo a estas edades haciendo los deberes.....pero aqui estamos jajaja.
Me parece que la compasion es el mas noble sentimiento humano,
sin intelectualizarlo o reflexionarlo..sintiendolo sin mas...!!
Si ayudar a alguien nos hace sentir bien, pues doble dicha...no veo que sea un problema.
La reaccion de Gandhi, conecta con algo que me quedo impreso desde hace años despues de leer a Krishnamurti " Podemos llegar a un punto en el que nadie llegue a ofendernos? "
La verdad es que cuando lo lei me parecio un lugar demasiado lejano para mi...
Andando el camino lo veo algo mas cerca.
Con respecto al cuerpo, siento que es una parte mas de mi ser y por tanto influyente en mi equilibrio.
Soy cuerpo, alma, mente, corazon, inconsciente.....
( lo de corazon inconsciente a veces tal cual....jaja )
Dado que entiendo el camino espiritual como personal...
El estar encuadrado en una religion no me parece una opcion a tener en cuenta,
Un abrazo
Domingo...gracias por tus deberes hechos!! jeje...es genial rescatar al niño interior!!.
ResponderEliminarNo se necesita una religión para instalarnos en la bondad. Posiblemente hay bondades que reciben este nombre y no lo son. Porque la bondad no espera nada a cambio. Es ella, existe y se manifiesta sin más y siempre.
Podemos llegar a no sentir ofensas. La opinión, el veredicto o la sanción de los demás son exclusivamente de ellos. No es nuestra realidad; esa solo está en nosotros. Podemos respetar lo que otros juzgan sobre nuestra persona...pero dejarlo en ellos, no asumirlo como propio, y por supuesto dejarlo ir.
Un abrazo y mi enhorabuena por presentar el trabajo hecho!!.
Creo que nuestra naturaleza no es pecaminosa, ha sido manipulada y controlada por muchos. Desde niños estamos siendo dirigidos hacia la culpa. Eso nos convierte en leña para mantener las llamas dogmáticas encendidas.
ResponderEliminarEl cuerpo tiende a los malos hábitos porque con las carencias emocionales y espirituales a las que estamos siendo sometidos constantemene y después de hacer de nuestra vida un refujio material, hemos buscado en el cuerpo todas las salidas que nos ocultaron desde niños, y que liberamos o lo intentamos con los habítos fisicos corporales, como el sexo, la comida basura, el esceso en la posesividad material y emocinal...etc, lo que nos convierte en verdaderos adictos, toxicómanos en busca de sensaciones espirituales de completitud.
Así lo veo, así lo siento.
Un besito
De acuerdo totalmente Xara!. No hay pecado en la acción de un niño, no hay culpa, ni adicción punitiva...cuando aún no hemos sido intoxicados por la norma y la doble moral que se ejerce muchas veces, aún sin querer reconocerlo, entonces...somos libres.
ResponderEliminarTambién creo que muchas veces nos ligamos a "adicciones" físicas con las que tratar de cubrir las carencias emocionales.
Otro aprendizaje que nos queda...
Un besín
El adicto, como yo, diría..."pues hoy domingo, después de buscarme y no encontrarme, voy a comerme unas judias pintas con chorizo y morcilla que lo flipas"..., lo cual espero disfrutar con placer y después cuando haya pasado mi digestión, a pesar de mi cuerpo trabajando para diluir los escesos que mis células soporten, me internaré en una meditación serena al sol, en silencio, buscando remedio a mi adicción. O aceptándola sin más, hasta encontrar la fórmula secreta, que no siempre está ligada a otra adicción, ¿sexo?, un purillo?, drogas?, noooo!, en las relaciones sanas está el secreto..., hay que seguir buscando. Cuando uno está contento consigomismo no se acelera a conseguirlo. Besitos
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