La vida nos introduce en un mundo de relaciones en las que no siempre uno logra conectar con la persona que tiene al lado. A veces, es irrelevante que esta conexión se sintonice porque realmente no tenemos que convivir con esa persona o porque nuestros encuentros con ella son breves, ocasionales u obligados por cuestiones ajenas a nuestra afinidad.
Sin embargo, en cualquier caso, siempre existe una corriente de sintonía, de rechazo o de indiferencia que nos acerca o aleja de las personas que hemos conocido.
A este hecho constatable por todos, le hemos dado diversos nombres y cuando queremos referirnos a él, es frecuente que digamos:…”no hay química entre nosotros”…o…”no existe feelin”…
Algo de verdad hay en ello. Con respecto a la primera expresión podemos advertir que algo físico nos impele hacia el otro que no logramos determinar, y que en muchas ocasiones nada tiene que ver con los cánones de belleza o fealdad. Es como si nuestras moléculas fuesen capaces de “metabolizar” a la otra persona en sí mismas o por el contrario de repelar ese acercamiento.
La atracción bioquímica es un hecho. Pero no lo explica todo. Por eso, la segunda expresión nos acerca a una realidad imperceptible para los sentidos pero perfectamente detectable para nuestra mente y nuestro espíritu. Nos habla de cercanía en los sentimientos…como si estos tuviesen el poder inmenso de tipificar quién puede entrar en nuestro interior y quien debe quedarse a las puertas de él. Y lo tienen. No se ven, ni se tocan, ni se huelen…pero están ahí…como chispitas brillantes de poderoso magnetismo atrapándonos para siempre cuando estamos delante de las personas justas. Las nuestras. Las que emanan por sus poros los mismos efluvios que nosotros, las que son compatibles con nuestros sueños y sin saberlo, gozan del mismo embeleso por lo que nos emociona.
La vida coloca a estas personas en el lugar exacto en nuestro corazón y si se confunde, a veces de compartimento, no por eso quedan excluidas de nuestro universo de emociones y sintonías íntimas.
No se puede hacer nada para lograr un puesto así. La afinidad existe o no. Todos encajamos con otras piezas cuyas aristas se acomodan a las nuestras. Lo maravilloso es descubrir, entre los millones de fragmentos de la escena, quienes completan nuestro pedacito de imagen. Porque eso son ellos, un espejo purísimo donde mirarnos una y otra vez.
Cuántos espejos puros habré roto en mi vida!..., sin saber lo que hacía, como dijo un Sabio que fué espejo de Todos.
ResponderEliminarUn beso
No importa...en todos los pedazos seguías siendo tú y pudieron seguir gozándote...o sufriéndote.
ResponderEliminarBesos Xara y gracias por esta compañía tuya tan cálida!!
Más bien sufriéndome, aunque mirado de otro modo, quizás sea yo el pedacito que resta de la pureza de algún espejo?..., en ese caso entiendo mejor mi búsqueda y esa necesidad de recomponer...jiji! como diría una bruja.
ResponderEliminarBesitos
La química funciona...no podemos explicarla pero es real; el simple cruce de miradas, la rápida lectura de una carta o el roce sutil en un primer baile nos lleva a experimentar atracción inmediata o repulsa instantánea y creo que todos hemos experimentado estas sensaciones en algún momento de nuestra vida.
ResponderEliminarHay otro tipo de química, quizá no tan sensible como una feromona o una mirada cargada de intención, esa "química" tambien existe la he experimentado, la he sentido y he quedado hechizado y te confienso, Flor y Nata y queridos amigos, es la química mas dulce que he experimentado y reitero aun, solo la he experimentado una sola vez en la vida...y he sido, que digo, soy feliz con el resultado de su acción.
Un saludo cariñoso para todos.
No dudo ni un instante...que esas miradas existen...el privilegio es el tuyo, amigo mío, que lo encontraste.!!!...Felicidades y gózalo!! Un abrazo
EliminarSomos vibraciones, y así cómo vibramos nos perciben y perdibimos a los de alrededor, será que vibramos en diferentes niveles unos de otros simplemente?
EliminarMil gracias por compartir Flor y Nata. Cariños.
Gélido lejano..si supieras..cuando te envidio porque llegas a ella sin mi licencia.
ResponderEliminarRegresa a tu lejana estepa y deja que brille de nuevo la luz de su jardín florido.
Sé que sus pétalos resisten el invierno cruel que la atormenta.
Sé que su cáliz se conserva intacto y sus pétalos se abrirán gustosos y anhelantes a los rayos del resplandiente sol que espera impaciente la larga noche del invierno inmenso.
Dioses del Olympo eterno porque mudos no escuchan la queja del que espera?
Será acaso que el sueño que me atormenta es real y la vigilia vana?
Gélido....abraza en mi lugar a la lejana amada y dile sutil al oido...que la espero.
......!
Lamento no poder responder a cada intervención debajo de ella. Este comentario es para el anónimo que precede al inmediato:
ResponderEliminar" No dudo ni un instante...que esas miradas existen...el privilegio es el tuyo, amigo mío, que lo encontraste.!!!...Felicidades y gózalo!!" Un abrazo
Para ti...mi bien soñado!!...que el Gélido me abrace y enfríe mi espera...y que me lleve libiana hasta tus brazos para sentir el fuego de nuestra mesa!!
ResponderEliminarEsperanza es una pena que no se lea tu comentario en el foro. No se puede contestar a continuación de la intervención que quisieras responder, sino al final porque de otro modo no aparece. Como ha llegado el aviso a mi correo, copio aqui lo que comentaste, no quiero que se lo pierdan el resto de compañeros del blog:
ResponderEliminar"Somos vibraciones, y así cómo vibramos nos perciben y perdibimos a los de alrededor, será que vibramos en diferentes niveles unos de otros simplemente?
Mil gracias por compartir Flor y Nata. Cariños."
Estoy de acuerdo contigo...absolutamente. Nuestra vibración se percibe rápidamente...es como el éter...sutil pero penetrante y definitivo...por eso aceptamos o rechazamos tan pronto la presencia de alguien en nuestro interior.
Un beso y gracias por seguirnos.!!