Este poema tan especial tiene un gran mensaje. No solamente hay que
considerar el contenido de las palabras, sino su disposición, su tamaño, su
número, los puntos suspensivos que las acompañan y sobre todo su centro.
Vemos que la letra es diminuta cuando comienza; posiblemente porque el encuentro
tiene un matiz esporádico, alternativo y espontáneo. Lo importante es “encontrar”
pero no se sabe a quién ni de qué forma, de ahí su pequeñez.
La línea en la que se emite el mensaje demoledor “te tengo” determina el
centro del poema, exactamente igual el número de líneas hacia arriba que hacia
abajo, con la diferencia de que en la parte superior todo es apertura,
posibilidad y acercamiento.
Cuando algo es considerado como “mío” comienza el descenso afectivo y la
posesión acampa en los sentimientos destrozándolo todo.
A partir de la línea central comienza la devastación. Cuando “ te tengo”… termino asfixiándote y el
amor cada vez se aleja más.
Veamos.
Te encuentro…
Te escucho…
Te hablo…
Te abrazo…
Te beso…
Te tengo…
Te aprieto…
Te atrapo…
Te absorbo…
Te asfixio…
¿Te quiero?
(Análisis de la ceremonia de Té
J. Bucay)
No hay comentarios:
Publicar un comentario