1.-El dolor es inevitable, el
sufrimiento es opcional.
“Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado
en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos”.
2.-Alégrate
porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora.
El budismo nos enseña el aquí y
ahora. Por tanto, debemos aprender a estar plenamente presentes, a
disfrutar de cada momento como si fuera el único.
3.-Cuida el exterior tanto como el
interior, porque todo es uno.
Para encontrar un verdadero estado de bienestar es imprescindible que mente
y cuerpo estén en equilibrio.
“El envase y el contenido tienen la misma forma”.
3.-Más vale usar pantuflas que alfombrar
el mundo.
Para encontrar nuestra paz interior, tenemos que ser conscientes de
nuestros potenciales personales y aprender a saber dosificarlos.
4.-No lastimes a los demás con lo que te
causa dolor a ti mismo.
Se trata de una de las máximas del budismo que nos permite eliminar casi
todas las leyes y mandamientos morales actuales en nuestra sociedad.
5.-No es más rico quien más tiene, sino
quien menos necesita.
Nuestro deseo de tener más, tanto en el plano material como el emocional,
es la principal fuente de todas nuestras preocupaciones y desesperanzas. Su
máxima se basa en aprender a vivir con poco y aceptar todo aquello que nos
brinda la vida en su momento.
6.-Para entender todo, es necesario
olvidarlo todo. De pequeños estamos en continuo aprendizaje.
Nuestro mapa mental aún no está diseñado lo cual nos hace abiertos a “todo”
y a la capacidad de entender cualquier cosa. No sabemos juzgar.
A medida que crecemos nuestra mente se llena de condicionamientos y normas
sociales que nos indican cómo debemos ser nosotros mismos, cómo debemos comportarnos e incluso qué
debemos pensar interiormente.
Nos volvemos inconscientes con nosotros mismos y nos perdemos.
“En
el cielo no hay distinciones entre este y oeste, son las personas quienes crean
esas distinciones en su mente y luego piensan que son verdad”.
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