El
primer día de cualquier comienzo siempre es especial. Hoy supone el inicio de
un tiempo por llegar que computamos en 365 días. Todo un año para desear,
luchar, arriesgar o enmendar. Todo un dilatado concepto temporal para hacer
posible lo que siempre se presenta imposible; el inicio de un momento de
arranque en el cual, cada paso, será la posibilidad misma comenzando a hacerse
realidad.
Este
año es atípico para mí. No he hecho mi lista de propósitos. No me he planteado
ningún objetivo, tampoco me he desvelado por lo que pueda ser o no llegar.
Voy
a dejar que las cosas lleguen a mí. Que la vida me sorprenda y que el tiempo pase
dejándome la serenidad en las manos para amasar ternuras que palien los
momentos amargos que seguro también llegarán.
He
amanecido cansada. Me he dicho a mi misma que no me voy a dejar invadir por la nostalgia,
ni tampoco deslumbrar por el vapor de la fantasía. Me conformaría con salir
mañana a la calle y comenzar por apreciar el viento fresco que bañe mi rostro.
Avanzar hacia la distancia y tomar perspectiva para poder dar los primeros
pasos en mi nuevo año sin esperar nada a cambio.
Posiblemente
la vida es más sencilla de lo que imaginamos. En el fondo todo se resume en la
palabra “amor” porque al fin, continuamente tenemos que optar por el
acercamiento o el rechazo a lo que sea y ante lo que se nos presente.
Siempre
estamos eligiendo un camino y dejando otro y esa elección tiene que ver con
afectos, sintonías y apegos o con desacuerdos, alejamientos o rechazos.
A
veces no sabemos por qué y nos acercamos sin ningún temor o dificultad a lo que nos llega. Otras, también
sin tener claridad sobre los motivos que nos mueven, nos alejamos sin razones.
Espero
y deseo que este año que comienza hoy me deje caminar con serenidad sobre lo
que temo, con fuerza sobre lo que ansío
y con determinación sobre lo que deseo.
Que
mi paso no se acelere ni retrase. Que mi ritmo sea el de la paz interior desde
la que quiero mirar el paisaje de mi
vida.
Hoy es un buen dia: salio el sol a la misma hora, resplandeció límpido en el firmamento; el viento que tomé en mi ventana y acarició mi rostro en la ventana lo sentí igualmente tibio que todos los dias.
ResponderEliminarSolo mi alma sonrió mas tranquila que cualquier otro dia porque la esperanza la animó mas fuerte que de costumbre.
Miré el cielo que azul y con algunas nubecillas brillantes me invitaba a caminar de prisa...pero no lo hice.
He caminado hasta hoy con paso firme y una nueva etapa se avecina; tomo aliento mientras leo y sonrío feliz por el mañana.
Un buen dia querida amiga; hemos dado un paso mas hacia el destino que nos guia.
NN
Buen día sí! Al menos nos acompaña la serenidad de un buen comienzo; aquel que no espera nada a cambio pero con la seguridad de que algo llegarà!***
ResponderEliminarSorpresas por supuesto; el Catábrico siempre trae cosas nuevas en invierno.
ResponderEliminarNN