La
mente nos juega malas pasadas la mayoría de las veces. Nos enredamos en
pensamientos recurrentes que no nos aportan nada. Vivimos situaciones inventadas
que nos destrozan y recreamos aquellas que aun siendo verdad, no podemos
cambiar.
Es
como si ejerciésemos una especie de masoquismo dirigido. Orquestado por
nosotros mismos y expresado en alto volumen para ensordecer nuestros oídos.
Cuando
esto nos sucede, necesitamos poner en calma la vida de cada día. Un método, que
a mí me suele venir bien, radica en dividir la mente en compartimentos y tachar
con una cruz roja aquello que no nos conviene para estar serenos, lo que nos
altera y ultraja o lo que simplemente nos transforma en lo que no somos.
Poner
un punto en la mente o en el corazón a veces es el único camino que nos lleva a
la paz.
Se
trata de encontrarnos con ese otro yo que no nos chilla, que no recrimina y que
no juzga. Con el benévolo reflejo de nosotros mismos, con esa versión light que
nos regala una sonrisa en vez de una bofetada.
Hay
muchas formas de sentirse bien y millones de sentirnos también mal. Y lo peor
es que somos expertos en inventar mil y una maneras de empeorar nuestro estado
de felicidad.
No
se me ocurre nada más práctico que quedarnos con el día a día. Nada mejor que
eliminar el empecinamiento en un pasado que no está o traer al presente un
futuro que no ha llegado ni sabremos cómo será.
Parece
un tópico pero el poder del presente es tan poderoso que puede con toda la
carga negativa del adelanto de las desgracias que sufrimos con nuestra propia fantasía
tan capaz de arruinarnos el día a día de
cada día.
Me
gustaría empezar el año cambiando el chip de mi cabeza y arrancando el corazón
con energía tomada desde y para el presente.
No
quiero morir antes de que llegue mi muerte. Ni perder lo tengo y quiero antes
de lo necesario.
Que
vaya pasando el tiempo…y que vayan cayendo estrellas, una a una, para iluminar
cada uno de mis pasos.
Si nos concentramos en este instante, con intensidad, con fuerza con total entrega y lo vivmos y lo sentimos, ocurre un fenómeno sencillo: el pasado y el futuro desaparecen. Parece simple y de hecho lo és, pero es difícil de lograr ese estado.
ResponderEliminarBuda y los parsis para dar dos ejemplos lejanos lograron mediante la meditación aceptar que la única realidad es este instante y lo demás es "maya" o sea ilusión.
Los filósofos y las disciplinas orientales especialmente se caracterizan por dominar a "maya" y lograr que la mente se sitúe en el punto correcto.
Para nosotros los occidentales no es mas difícil conseguir tales estados porque tenemos "mente dispersa"...estamos aquí y allá, en el próximo-pasado y en el lejano, conquistando futuro y soñando en lograr y conseguir y nos olvidamos de ese sencillo axioma: "solo tienes el presente...vive en él".
Estamos comiendo, pero pensando que comeremos mañana o como vamos a enfrentar los gases que nos va a producir la vianda que degustamos...y pasamos soñando, preocupados por el momento sublime de alimentar el cuerpo y darle goce al espíritu.
Nos vamos al lecho y comenzamos a hacer balance de dia, de la semana, del mes, del año y a planear el manaña, cercano y lejano; nos pasamos buena parte de la noche "soñando" semi-despiertos, dando vueltas, sudando, con dolor de cabeza y terminamos levantados, con insomnio y mirando por la ventana como el sol aparece en el horizonte limpio, esplendoroso y dispuesto a vivir con intensidad su dia y su destino.
Que facil ser feliz...y que difícil vivir con ese sentimiento.
Saludos.
No es sencillo el equilibrio porque cuando la mente está invadiendo es porque el futuro o el pasado están siendo requeridos..., será cuestión de atender sin apegos la situación..., Separarse de ella y mirarla, observarla, entenderla, perdonarla... Sin embargo el corazón con todo su armamento emocional nos canta una canción similar, aún con otra música..., y también a veces necesitamos separarnos, alejarnos un poco de él y centrarnos. Equilibrar mente y corazón pasa por una sencilla y necesaria meditación. Desapego esa es la cuestión. Son pocas las veces que lo consigo.
ResponderEliminarAl menos esa es mi experiencia.
Que tengas calma y serenidad hoy.Besossss
Ese es el punto clave, desapego; las ataduras son mas fuertes en lña medida de la entrega emocional, moral, sensitiva, etc...etc.
ResponderEliminarFíjate el "dolor" y el trauma que causa alejarse de un mal manifiesto como son las adicciones para solo hablar de "sentaciones-esclavizantes".
He visto a una persona "comerse"literalmente las uñas ante la falta de un cigarro.
Pero pasa a otra "adicción" mas "espiritualo": las creeencias religiosas ó los amores perversos, ocurre igual reacción.
O acaso el "egoismo natural" aplicado a la familia o a las mascotas se puede medir con parámetros diferentes?
Somos seres posesivos y ese sentimiento nos lleva a crear mundos imaginarios (maya?) en donde somo reyes y señores.
Y esa es precisamente la razón de nuestra infelicidad.. (los paraisos perdidos).
Xara...feliz nuevo año.
Gracias por estos excelentes comentarios! Mehan dejado una dulce serenidad que me reafirma en el mensaje del desapego, el perdón y la distancia para poder gestionar las emociones dañinas, tóxicas y recurrentes.
ResponderEliminarFeliz año nuevo a ambos...y a tod@s***