Uno
de los momentos amargos que pueden tocarnos vivir es el que se deriva de la
decepción. Cuando apostamos por algo confiamos en que va a responder como
nosotros haríamos. Esperamos que la reacción de la persona sea del tamaño de
nuestro sentimiento y colocamos en ellos toda nuestra fe.
La
ausencia de respuesta, la debilidad en el hilo que nos mantenía unidos, la
niebla que se interpone entre ambos nos somete a iniciar una especie de duelo
en el cual uno no cree que lo que está pasando haya pasado ya.
Negar
la evidencia, disculpar la ausencia, dispensar lo no dicho, eximir la culpa…es
como morder un bocadillo lleno de aire.
Dejar
las ganas aparcadas, el deseo esperando en tiempo muerto, la pasión instalada
en el silencio y un sabor amargo todo el día rondando el alma, no es fácil.
Esperar
un teléfono que no suena, recorrer las calles y no encontrar su cara, mirar a
lo lejos para darnos cuenta de que ya no llega, ni a tiempo, ni a destiempo
simplemente porque se ha bajado de nuestra vida.
Hay
que volver a empezar, pero no con otra persona sino con nosotros mismos.
Levantarnos de nuevo, nacer a un nuevo tiempo, aprender a caminar por los
sentimientos otra vez, despacito y sin zapatos para notar las rugosidades del
terreno y, sobre todo, bordear los baches
para intentar no caer o hacerlo de la mejor forma posible.
Posiblemente
la vida sea eso precisamente, darnos cuenta que las únicas expectativas que
podemos lanzar sobre nuestra esperanza son aquellas que dependen de nosotros
mismos. La otra persona tiene toda la libertad en sus manos para decidir lo que
crea conveniente.
Pero
sigo pensando que el amor no se va por las rendijas, ni tan siquiera por debajo
de la puerta. Que donde hay amor el miedo escapa y que si él se queda nada mas
fuerte puede pasarnos.
El amor verdadero siempre se queda, dormido, latente, ...esperando.
ResponderEliminarMuchas veces podemos perder la esperanza de volverlo a encontrar y buscamos a uno y otro lado con la esperanza de volver a sentir, sin embargo el amor es como un imán que atrae sin que sepamos exactamente porqué.
Las mejores páginas de amor han sido escritas por seres que no se conocen...por lo menos eso nos enseñó el Dante o el loco de la Mancha.
Dicen los expertos que la esperanza en un mañana o el mejor dia por vivir está por llegar y si lo expertos lo aseguran es por algo.
Debemos alimentarnos de esperanza, de ese escondido sentimiento que nos calienta el corazón lentamente y que en las largas noches de espera, hace volar la imaginación mas allá de las estrellas.
Creo Flor y Nata que no es precisamente Usted la persona indicada para hablar de desespero y falta de esperanza, porque siempre que te leemos solo encontramos mensajes de lo contrario y esa es una de las mas notables características de tu Bloc que solo consultamos de vez en cuando, pero siempre con el deséo de encontrar y leer optimismo y fé.
Saludos.
Gracias Orange por este comentario lleno de esperanza y apoyo, de optimismo y vaolración del positivismo que quiero transmitir a pesar de las tormentas de cada uno.
ResponderEliminarLos marineros sabemos que pasada la tormenta vendrá la calma, los dias de sol y los cielos azules y diáfanos.
ResponderEliminarMira de vez en cuando hacia el mar y recuerda que quienes vivimos en él tenemos el sentido de la esperanza mas desarrollado que los que viven en tierra. Por lo menos eso dicía mi abuela y ella era sabia.
Saludos.