Hay gente que nunca será vieja. Otra
nunca fue joven. La edad no tiene fecha, aunque parezca un contrasentido. Si en algún lugar existe en realidad es en nuestro cerebro, sobre todo. Es un concepto que se construye con la
actitud.
Muchas veces sentimos que la vida va
corriendo cuando son otros los que avanzan delante de nuestros ojos; en otras
ocasiones, es nuestra propia forma de
interpretar el mundo lo que determina el ritmo de la existencia.
¿Cómo podemos entender que personas de
edades muy diferentes se entiendan?¿O cómo que otras de edades similares no lo
hagan nunca?¿O de qué forma nos explicamos que gente anciana continúe con
hobbies, ejercicio, interés y entusiasmo por todo y otras, comenzando la vida
lo desestimen todo igualmente?
En ocasiones no haber tenido nada hace
que cualquier cosa sea valiosa y por tanto, la vida se vive segundo a segundo
como el mejor de los regalos. Cuando no se necesita esfuerzo para alcanzar lo
que ansiamos y todo está en el toque de un clic, se devalúa la pasión por la
vida.
Efectivamente, el paso del tiempo
modifica nuestro organismo; pero no lo sólo él, sino también y en gran medida,
el sufrimiento, el malestar al que no se le pone freno, las palabras no dichas,
los sentimientos no expresados, la basura emocional que arrastramos con
nosotros y tantas ganas de amar no satisfechas.
Nuestra biografía determina nuestra
biología. Se explica entonces que una vida vivida desde el optimismo genere
abundancia de energía y por lo tanto colabore a un sistema inmunitario y
defensivo con el mejor de sus rendimientos.
La actitud ante lo que nos sucede
permite dilatar los días, los meses y los años y obliga al tiempo a deshilachar
sus segundos para multiplicarlos.
La percepción de la edad que tenemos
pasa por la emoción de elegir la felicidad como una opción interior ante lo que
nos sucede, aunque ello no sea agradable, aunque incluya la dolor y pena pero
si sabemos extraer lo positivo de lo negativo, que siempre existe a su lado,
posiblemente nunca seamos viejos y a nuestro encuentro llegará todo aquello que
contribuya a seguir rescatando de la juventud lo mejor de sí porque lo atraeremos
irremediablemente.
Hoy al levantarme pense en mu edad y en como me siento respecto a ella. Seran los años quienes me proporcionan estos planteamientos en los q el otoño biologico se me viene encima?.Estoy muy cerca d cumplir 52 años y por dentro mi edad sigue siendo siempre la misma. Un besote
ResponderEliminarSíiiii!!! Xara esa es la actitud, mantenernos niños, mantenernos jóvenes, mantenernos adultos...todo en uno sin perder lo mejor de cada estadio.
ResponderEliminarMe uno a tu sentir...yo también me encuentro como tú, cada día a cada instante!! besosss ***