Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 6 de marzo de 2012

SEMILLAS A NUESTRO PASO

El refranero popular esta´ plagado de alusiones al resultado de nuestras acciones. Al precio que nos devuelven por ellas. A la moneda de cambio que de inmediato se nos da. La contrapartida y la respuesta que nos reembolsan suelen coincidir con lo que hemos ido sembrando.
         En otras cultural se alude a la Ley del Karma o a Ley de la “acción/ reacción” que presiden el Universo y como tal nuestro comportamiento.
         Recordemos expresiones tales como: …”quien no siembra, no recoge…” o …” quién siembra vientos, recoge tempestades”…
Que nos llevan a entender que nuestras acciones son el punto de partida de las de los demás, en muchas ocasiones. Tratamos por todos los medios de que nos agasajen con amor infinito, de que se comuniquen con nosotros amablemente, con la sonrisa y la afabilidad de quienes facilitan la vida, de ser el centro del afecto para los cercanos y el punto de mira para los que están por llegar. Pero no ponemos suficiente cuidado en distribuir las semillas de nuestro sentimiento sobre el terreno que transitamos.
         Muchas veces pedimos sin dar.  He conocido personas quejosas del poco amor que les demostraban o del vacío de manifestaciones que sufrían. No han entendido, mientras tanto, que el amor no se compra, ni se vende, ni se consigue con una firma legal, ni por consanguinidad ni filiación siquiera.
         El amor es absolutamente libre de existir y mantenerse, pero sobre todo es inmensamente susceptible a la retroalimentación que le multiplica.
         No hay moneda de cambio para él, que no sea…él mismo. Se ha convertido en el único bien que no se divide cuando se reparte y en la única entidad viva que no muere nunca a pesar del espacio, del tiempo, de la enfermedad, el caos o la desgracia. A pesar de cualquier circunstancia y cualquier momento.
         Pero hay un mensaje claro que no debemos olvidar. Debemos sembrar si queremos recoger amor. Hay que plantar semillas en cada acción sin que se note. Dejarlas caer al viento con una sonrisa para amortiguar su caída y que el roce con la materia que las acoja sea liviano y dulce.
         Hay que invertir en el valor más seguro del mercado de la vida y recoger las divisas del entusiasmo y la emoción de vernos rodeados a nuestro paso, de altísimas plantas amorosas llenas de esquejes, capaces de reproducirse sin fin.
         ¿Hemos plantado alguna hoy?...si no ha sido así…mañana nos tocará sembrar doble.
         Habremos comenzado a desarrollar un vergel donde tiernos puñaditos de amor nos salpiquen a nuestro paso.
         ¿A quién no le gusta una vereda repleta de fresco verdor y salpicada de flores llenas de color y aroma indescriptible?
¿A qué esperamos?...depende de nosotros. De todos.

4 comentarios:

  1. A veces el tiempo, como en la naturaleza, nos devuelve semillas que quedaron atrás, en algún recodo, atrapadas. Luego con el viento y el agua, reaparecen y nos dejan ver el frescor, la dulzura, la viveza, la juventud de un tiempo pasado y los recuerdos que olvidados se acomodaron en la memoria. Estas semillas vuelven a reflejar nuestras más humildes dádivas, y llegan justo en el momento de replantar, para recordarnos cuál es la esencia de nuestra simiente.
    Un beso a tod@s

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  2. Qué bonita imagen...semillitas esperando el riego en rinconcitos anónimos...de incógnito...regadas con afectos que las hagan germinar!!
    Besitos de buenas noches!!

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  3. El sembrador salio a sembrar....

    Sembro amor sin sin reparar si la tierra sobre la cual lanzaba sus semillas era
    fértil...
    dura...
    rocas...
    abrojos...
    espinas...
    dardos...
    sinsabores...
    negra...
    blanca...
    vieja...
    joven...

    ..y no le conmovió el resultado, esperaba una cosecha y la recibió: 1:1000 en la mayoría de los casos, pero siempre cada semilla fructificó y aun en equellas rocas que inconmovilebles desafían el vieto y el sol...botó una plantita.

    Silvó a su fiel perro y felíz siguió su camino...vino sembrar y ahora recogia la cosecha.

    Un abrazo para todos.

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  4. !!Gracias Anónimo!!!...muy bello!!...y muy válido!.
    Es increíble el valor de vuestras aportaciones!!
    Un afectuoso saludo

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