Fuerza no es lo mismo que dureza. Todos tenemos una inmensa fuerza interior que hay que descubrir, si no somos conscientes de ella.
Si tenemos seguridad y satisfacción interna, si no dependemos de circunstancias ajenas, si en realidad somos soberanos de nosotros mismos tendremos ganado el autorrespeto y la autoridad más valiosa de todas.
“Sé que me pertenezco a mí mismo/a y no voy a sufrir por lo que alguien me ha dicho o hecho”.
Nos afectará sí, pero podremos cambiar estos pensamientos no con una actitud fría, sino poderosa sin dejarnos llevar por reacciones a la deriva. Aunque las circunstancias sean difíciles y cambiantes, este poder interno será la mejor respuesta.
Para eso se necesita un cambio de dentro a fuera. Debemos sentarnos dentro de nosotros mismos con total honestidad.
En la acción está el examen de la vida. A veces tendremos que discernir, cooperar, tolerar, amoldarnos o tomar decisiones ante cualquier desafío.
Un apersona débil es dura porque busca su seguridad en su inseguridad y toda diferencia es una amenaza por lo tanto reacciona con aquello que no está en su línea y lo anula.
La persona débil critica, compara, juzga rápidamente porque no tiene el poder de la seguridad interior y no se siente satisfecha y contenta. Es opresora y manipuladora. Eso no es fuerza.
Una persona fuerte es suave, generosa, sencilla no necesita de muchas cosas para darse valor porque cree en sí misma. Es valiente y tiene la fuerza de decir lo que deba decir en la mejor forma.
Cuando somos fuertes encontramos ese soporte seguro dentro de nosotros mismos.
El dolor llamará a nuestra puerta alguna vez, o muchas, porque algo que estaba bien deja de estar bien y se desequilibra pero desde esa fortaleza propia debemos volver al equilibrio natural y no tomar más sufrimiento de ello, sino saber sanar ese pesar y poder sanarlo cuando conectamos con la fuerza interna del amor.
Ser amoroso no es ser débil. A veces supone mantener una distancia de algo por decisión porque sabes que es la mejor forma de dejar “ser” al otro, dejar de “controlar” y empezar a gobernarnos a nosotros mismos.
Todos tenemos la fuerza interior y la debilidad. Todos somos amorosos y temerosos a la vez.
Iremos al silencio y tomaremos, seguro, el mejor camino.
La vida nos ha hecho parar y si tú no has parado, estos días de final de año están para eso. Para meditar sobre lo que todos debemos cambiar para ser amorosamente fuertes.
MUY BONITO Y CONCENCIADO
ResponderEliminarBsss 🦐
Gracias por el sentir acompasado de tu corazón.
Eliminar