En
tiempo de crisis hay que resistir. Estamos en una guerra donde los afectos
están descolocados, los valores cambian de posición como en un tiovivo; están
arriba, vuelven abajo o se desvían lateralmente desde el centro hasta un punto
indefinido de la vorágine social.
Debemos
protegernos. Se trata de sobrevivir en un medio que sin parecer hostil, lo es.
No entendemos cómo ni por qué las relaciones son tan efímeras, ni de qué forma
se ha instalado el “todo vale” pisando líneas que por la ética natural del ser
humano, nadie deberíamos pasar.
Hay
una marea negra que nos engulle. Sujetarnos a algo externo es difícil porque
todo cambia muy rápido y lo que hoy parece que está a nuestro favor, mañana lo
vemos en contra.
No
hay más remedio que abrazarnos a nosotros mismos como a un salvavidas seguro,
pero para ello es necesario que tengamos unos criterios de salvamento que nos
obliguen a poner en marcha el dispositivo del código propio.
1.-
Fortalecer nuestra autoimagen y la creencia en nuestro poder interior:
autoestima. Recordar que estamos preparados de serie para afrontar desafíos.
Venimos con todos los recursos para luchar por sobrevivir.
2.-
No tener expectativas con el resto de la gente; salvo con nuestra propia
capacidad de lucha, nuestra voluntad y la propia decisión de seguir adelante a
pesar de todo.
3.-
Serenar nuestros miedos. Dialogar con ellos, no ocultarlos. Dejar que aparezcan
y a pesar de su presencia hacer lo que tengamos que hacer de igual modo.
4.-
Potenciar nuestras fortalezas. Revisar en qué somos excelentes. Algo habrá.
Recorrer nuestra forma de ser, palmo a palmo, y descubrir en qué somos buenos. Partiremos
de ahí.
5.-
Ser constantes en nuestros empeños. No tirar la toalla con facilidad y si
alguna vez la tiramos que sea tan alto que la podamos volver a coger antes de
que toque el suelo.
6.-
Expresar lo que sentimos, lo que queremos y lo que necesitamos. Mejor que
empeñar al otro en la culpa que pueda
tener, hablarle desde nuestra necesidad, no desde la exigencia.
7.-
Educar la mirada para lograr ver lo bueno de lo malo y lo mejor en lo sublime.
8.-
Ser conscientes del lenguaje no verbal, propio y ajeno. Comunicamos casi todo a
través de él. Podemos dar mucha información por este medio y, así mismo,
valorar la que recibimos de los demás.
9.-
Asumir los errores y aprender su mensaje. Los fracasos son siempre una
oportunidad de mejora.
10.-
Aprender a estar solo y valorar la propia compañía; única forma de poder
regalar a los demás lo mejor de nosotros mismos.
Posiblemente,
con este Kit de salvamento emocional podamos resistir cualquier ciclogénesis
que llegue a nuestra vida.
Después
de ponerte en marcha no habrá vuelta atrás.
Quedaremos
protegidos para el resto de las crisis.
Maravilloso. Me cae como anillo al dedo ahora que he descubierto por tercera vez la infidelidad de mi pareja. A propósito de esto, que opinión tienes acerca de esto? Porque luego de descubrir la infidelidad de mi pareja, me dice que me ama. Es posible? Yo no le creo nada, y me gustaria conocer tu postura acerca de este tema como lo es la infidelidad. He sufrido muchísimo. Me encanta tu blog, es primera vez que posteo algo pero te sigo siempre desde Colombia.
ResponderEliminarLa infifelidad es una ruptura del compromiso de individualidad contigo. Si lo ha hecho 3 veces es difícil que no haya una 4º, 5º o simultáneas. El problema no eres tú, está en él.
ResponderEliminarTodos podemos ser infieles, a todos nos puede gustar otra persona, pero tenemos un compromiso con la que estamos por el cual lo debemos evitar como sea. Si uno no lo hace es porque poco importa romperlo.
La vida es acción- reacción, Te queda a ti el desapego. No es fácil, sin duda pero es el único camino para dejar de sufrir.
Un abrazo y gracias por tus palabras.*