Estamos
muy ocupados. Aprovechamos el tiempo en todo y en más. Si nos quedan cinco
minutos hacemos algo y ni que decir tiene si ese tiempo es el de nuestros hijos
o la gente pequeña.
Si
hay diez minutos libres, haz inglés y si quedan cinco más gimnasio; si te
sobran otros diez inténtalo con la música…una y mil actividades que pretenden
cubrir el tiempo vacío. Que no quede nada sin llenar. Hacer, hacer y hacer aún
más, es nuestro plan.
Parece
que tenemos miedo a no hacer nada, a disfrutar del momento, a encontrarnos con
nosotros.
Nunca
nos han enseñado a que el proyecto seamos nosotros mismos. A que el plan se
centre en el yo y después todo lo demás esté alrededor mejorando esa meta.
Todo
lo que nos han enseñado tiene que ver con el afuera; tanto que éste se
convierte en lo único importante. Pero por debajo de todo eso hay una persona
que va convirtiendo las experiencias en emociones, en dolor a veces, en rabia
otras y en prisa y angustias la mayoría. Y a esa persona nadie le da
importancia, ni siquiera nosotros. Pero se queja, se resiente y se tambalea
después de no hacerla caso.
Desde
pequeños deberían enseñarnos a estar con nosotros, a observar, a disfrutar de
lo sencillo, a gozar del momento de “no hacer nada”. Tan lejos estamos de esto
que cuando tenemos esos períodos para nosotros hasta nos encontramos mal.
Estar
solos se convierte en una desgracia y nos descoloca. Sin embargo, es una
excelente oportunidad de disfrutarnos, de conocernos, de advertir lo que hay
que mejorar sin prisa, de gozar de un tiempo nuestro en donde el plan seamos
nosotros.
Nadie
nos enseña tampoco a tener nuestro propio proyecto de vida en el que trabajar.
Creemos que la vida nuestra se va haciendo casualmente, con lo que llega, con
lo que nos toca vivir. La realidad es bien distinta.
Nosotros
podemos crear realidad porque esta se crea de acuerdo a las actitudes que
tomemos frente a lo que nos pasa. Y la realidad cambia de acuerdo a ellas.
Hay
que aprender a tenernos como centro de nuestro plan y después dejar que todo lo
demás se acomode con respecto a él.
Estoy
segura que nuestra vida comenzará a cambiar absolutamente.
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